Todo parece indicar que el tiempo del dólar como principal referencia para los mercados internacionales se acerca a su pronto final: Rusia, una de las economías más fuertes del planeta, poco a poco se va deslindando de la moneda norteamericana, y promete lograr una independencia definitiva.
En un artículo para el medio ruso Vzglyad, el politólogo Antón Krilov se pregunta cuánto tiempo más puede durar el mundo dependiendo del devenir de la divisa gringa, considerando que esta se encuentra bajo amenaza de caer en un default técnico.
«Está claro que, si EEUU incumple el techo de la deuda, ese ‘default’ será solo técnico (…) Pero es evidente que, cuando el problema concierne a la deuda del buque insignia de la economía mundial y a que esta ha superado su PIB y sigue creciendo, la situación no es para nada normal. A pesar de que la mayoría de economistas se empeñe en decir que así tiene que ser», fueron las palabras de Krilov.
En EEUU, el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, puso como fecha tope el 28 de febrero para que el ala republicana del Congreso aumente el techo de la deuda, algo que ha sucedido 80 veces en los últimos 76 años. Tan solo en los últimos 10, el mismo se ha duplicado prácticamente, al pasar de 10,6 billones de dólares a los 20,5 en los que se encuentra en la actualidad. Pero el dato más llamativo de esto, alerta el politólogo, es que ese monto hace que el límite de la deuda que puede asumir el Departamento del Tesoro supere por 5 puntos porcentuales el total del PIB de los Estados Unidos.
«EEUU es un prestamista en el que se puede confiar y que atiende cuidadosamente su deuda, por lo que Rusia, China y otros países que no aprueban la política exterior estadounidense mantienen su dinero en sus bonos», dice.
Hasta ese punto, todo bien. Pero, «que la deuda haya superado el 100% del PIB se considera una amenaza para cualquier otro país, independientemente de lo potente que sea su economía. Cualquier cosa puede hacer que EEUU entre en ‘default’ —primero solo técnico y luego no tanto—. Y ya verás cómo entonces a nadie le va a hacer gracia».
Si a esto se le suma la falta de sustento material para la moneda norteamericana, respaldada en realidad por la confianza de sus tenedores, la estabilidad se tambalea más fuertemente. De ahí que no solo Rusia, sino también potencias como China hayan ya emprendido su salida del dólar como moneda de cambio. Los asiáticos y los rusos ya han puesto en marcha incluso proyectos de intercambio en sus propias divisas (rublos y yuanes), dejando de lado el dólar, y aunque todavía es una tibia movida internacional, puede irse fortaleciendo con el pasar del tiempo y el incremento de la desconfianza.
JI