Leopoldo López, dirigente del partido de extrema derecha venezolano Voluntad Popular, ha dado mucho de qué hablar en el mundo. Su causa ha sido vendida por los poderes fácticos como la de un luchador por la democracia, apresado por un régimen dictatorial. Nada más lejos de la realidad.
López, detenido por su participación en actos de sedición y condenado por delitos comunes en su participación en la intolerancia política que dejó un saldo de 43 muertos en 2014, fue descubierto en un nuevo plan para atentar contra su país. La denuncia la hizo este martes el Vicepresidente Ejecutivo de Venezuela, Tareck El Aissami, quien informó sobre la detención de un sujeto que liderizó acciones violentas en Venezuela entre los meses de abril y agosto.
“El Sebin capturo al ciudadano Manuel Fernando Chacín Díaz, uno de los principales líderes de las guarimbas (protestas violentas y terroristas) suscitadas desde abril de este año”, informó El Aissami y detalló que a Chacin le fue incautado un teléfono celular en el que fueron halladas conversaciones con el terrorista venezolano Óscar Pérez, prófugo de la justicia.
Chacín habría sido el dirigente de una célula terrorista, que tenía planes de reimpulsar las acciones terroristas de calle a partir del próximo 10 de octubre (5 días antes de las elecciones regionales). El plan ya estaba en desarrollo y buscaba atentar contra los servicios públicos, como la electricidad, cajeros automáticos, agua, combustible, entre otros.
Las investigaciones determinaron que “Oscar Pérez instruía al líder de la organización y Leopoldo López mantenía comunicación con él” para dar instrucciones. El vicepresidente mostró las conversaciones encontradas en el móvil del terrorista detenido.
JS
