No solo ha sido la prensa española, a nivel internacional distintos medios se han hecho eco sobre la polémica sentencia de La Manada, y ahora han sido las instituciones internacionales las que han fijado posición recordando que el sexo sin consentimiento es violación. Ciudades como Bruselas, Londres o Berlín se han unido al grito de “Yo sí te creo” y “No es abuso, es violación”.
Una de cada veinte mujeres en Europa ha sufrido una violación, por eso hay que dar un paso más: es uno de los mensajes lanzados en el Parlamento Europeo donde, a petición de Podemos, se abrió un debate para revisar los códigos penales con una referencia explícita al caso de ‘La Manda’.
Los europarlamentarios han reclamado que se recoja una definición más concreta de violación y que se cumpla con el convenio de Estambul.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU), también ha alzado la voz a través de un comunicado donde la portavoz de acoso sexual ha criticado la sentencia de ‘La Manada’, asegurando que es leve y subestima la gravedad de la violación.
“La suave sentencia de los agresores de La Manada en España subestima la gravedad de la violación y perjudica las claras obligaciones que existen para que se respeten los derechos de las mujeres”, reza uno de los párrafos del comunicado.
Una indignación que no entiende de fronteras y que ha unido todavía más al movimiento feminista. Que la agresión ocurriese en una fiesta tan internacional como San Fermín ha ayudado a su difusión pero también y más importante es que España ha pasado de ser un ejemplo para el mundo en la lucha de la defensa de las mujeres, con movimientos con tanta fuerza como el del 8 de marzo, a enfrentarse con la sentencia de ‘La Manada’.
Amnistía Internacional denuncia que el sistema judicial falla a las víctimas de violación. El imparable movimiento feminista exige que los juristas de nuestro país sean pioneros en las modificaciones necesarias para garantizar que ninguna agresión quede impune.
Otras de las organizaciones que se sumaron a la indignación social fueron las Carmelitas Descalzas de Fuenterrabía, en San Sebastián. Las Carmelitas de Hondarribia, en la Diócesis de San Sebastián, también mostraron su total oposición al fallo a través de Facebook.
«Vivimos en reclusión, traemos un vestido casi hasta los tobillos, no salimos por la noche (excepto en caso de emergencia), no vamos a ninguna parte, no tomamos alcohol y hemos hecho votos de castidad. Esta es una opción que no nos hace mejor o peor que los demás, aunque paradójicamente nos hace más libres y más felices que otros», dice el mensaje de las monjas.
MT
