Cuba y Estados Unidos, ambos países de América, bien representan no solo la lucha de clases vigentes en el mundo, sino también, dos modelos políticos y sociales totalmente antagónicos. La política migratoria anunciada por el canciller cubano, Bruno Rodríguez este fin de semana, marca otra diferencia abismal.
«El Gobierno de Estados Unidos se cierra y Cuba se abre», pronunció desde Washington Rodríguez, tras anunciar que este eliminará el requisito de avecindamiento, con el que se exigía a los hijos de cubanos, nacidos en fuera de Cuba, una residencia de al menos 90 días en la isla para poder optar a la residencia.
A partir de ahora, podrán obtener de manera directa su ciudadanía y su cédula de identidad.
Además, en adelante se permitirá la entrada al país de los ciudadanos cubanos que salieron ilegalmente, a excepción de quienes lo hicieron a través de la base de Guantánamo.
Rodríguez hizo estos anuncios durante el IV Encuentro de Cubanos Residentes en Estados Unidos en Defensa de la Soberanía Nacional y Contra el Bloqueo.
JS