Luego de su segunda edición puesta en escena en 2018, el festival cultural venezolano El Convite promete seguir siendo, como ellos mismos lo indican, un telescopio para que el pueblo pueda ver la constelación artística que hay en el cielo del país suramericano.
Los organizadores del evento, sin dejar de lado a talentos internacionales, han creado una arquitectura en donde los locales no son teloneros, los talentos emergentes no están de relleno y donde no se cierra el círculo de participación solo para los artistas ya conocidos.
Además de contribuir a la recuperación del sector cultural venezolano, El Convite está en sintonía con los cambios en el consumo tradicional de la música y del sector cultural en general. Es decir, se hace cómplice de los nuevos hábitos de los ciudadanos y le da riendas sueltas a la imaginación para hacernos vivir una experiencia distinta.
Esta iniciativa cultural, como otras que se impulsan en el país y que buscan visibilizar el talento venezolano, tiene como principal intención juntar a la gente, reunir a los que están, a los que se quedan, a los que visitan el país, van y vienen, pero que sienten lazos de afecto por esa tierra y su gente.
La edición 2018 de El Convite en Caracas fue, para los amantes de las experiencias culturales y el disfrute de los espacios públicos, una ocasión de celebración y un acontecimiento a registrar en el calendario del imaginario colectivo.
Obras de teatro, muestras de circo, danza, talleres de dibujo, pintura y escultura, así como deportes extremos, fueron algunas de las actividades promovidas por esta iniciativa que también abrió un espacio al intercambio de saberes y la formación práctica para la vida con cursos de barbería y juguetes artesanales.
El festival, antes de su cierre en la ciudad capital venezolana, tuvo su paso triunfal por los estados Vargas, Falcón, Cojedes y Maracaibo.
ARG