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Caracas en tres viernes

No hay ciudad más bella y, a la vez, más lacerada con la palabra. Caracas es indómita. Es Caribe. Caracas es, vista desde tu mirada, la puerta del mundo. Sublime y monstruosa. Caracas bandea de la calma a la tempestad con la misma facilidad que un infante.

El viernes 2 de diciembre, una falla en la principal plataforma de puntos de venta en todo el país generó la imposibilidad de pagos en locales comerciales durante varias horas. Se multiplicaron las colas frente a los cajeros y las entidades bancarias para el retiro de efectivo.

Si nos pidieran una palabra para definir el estado emocional del venezolano durante esas horas, elegiríamos “incertidumbre”. Durante horas los venezolanos no recibieron información. A media tarde, los directivos de Credicard, que es una empresa mayoritariamente privada y con una directiva vinculada a partidos políticos de oposición, asumieron la responsabilidad por los inconvenientes. Entre tanto, los índices acusaban al Presidente del país.

En la dinámica de Caracas aquello es ya un lejano recuerdo. Como el remarcaje enloquecido del viernes 9, cuando los empresarios se permitieron un momento de sensatez y otro de locura: por un lado se espantaban con las especulaciones cambiarias de Dólar Today y, por el otro, incrementaban el precio de los productos a la población en nombre de “los costos de reposición”. Desde aquel viernes, hasta hoy, la tasa de cambio ilegal ha caído en un 41%. Los empresarios olvidaron bajar los precios.

Un domingo de por medio cambió todo. El Presidente Nicolás Maduro ordenó la salida de circulación de los billetes de 100 bolívares. Setenta y dos horas, contadas a partir del martes, tuvieron los venezolanos para depositar o canjear los viejos billetes en la banca. El proceso transcurrió sin mayores sobresaltos en Venezuela. Extramuros, la desesperación se deja colar en un silencio incómodo, ese que te advierte que tu enemigo está a un respiro de recobrar las fuerzas.

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Es el primer día sin los billetes de 100 y nadie parece advertirlo. Las calles amanecieron ligeras. Los colegios están de vacaciones. El caos se retrasa pero llega.

La banca juega: pocos cajeros dispensan dinero en efectivo, los pocos que lo hacen, cometen el pecado de entregar billetes que ordenaron retirar. Cajeras de los bancos privados advierten: “no estamos realizando retiros”. Se reportan nuevas fallas en los puntos de venta y las plataformas de banca vía internet. “No hay efectivo ni para nosotros”, dice un asesor ejecutivo de la agencia. La larga cola en el Banco Central de Venezuela para canjear ante la institución los billetes rezagados, cruzaba el boulevard Panteón. Caracas con su indoblegable fuerza resiste sin voces que la acompañen.

La prensa filtra un rumor: “Maduro expropiaría Credicard por decreto en las próximas horas”. El pueblo, que no es pendejo, que sabe que la banca es su enemigo, dice para sus adentros: «Te lo pedimos, Señor».

Eva Zaitzev

LAS OPINIONES DEL AUTOR NO NECESARIAMENTE REFLEJAN LAS DE VENEZUELA TIMES

 

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