En Brasil, Inacio Lula Da Silva podría ir a prisión por una causa sin más pruebas que la «confesión» de un empresario arrepentido.
Los abogados defensores de Lula presentaron el hábeas corpus preventivo luego de que el tribunal de segunda instancia de Porto Alegre confirmó por unanimidad la condena contra el ex presidente y aumentó la pena de cárcel de 9 a 12 años.
El Supremo Tribunal Federal votó por mayoría el rechazo al hábeas corpus, que podría haber impedido la detención de Lula, con el argumento de que “no es necesario confirmar una condena en todas las instancias para el cumplimiento efectivo de la pena”.
Todo el andamiaje probatorio se sostiene en la confesión del dueño de OAS, Leo Pinheiro, en el marco de una «confesión» en la megacausa de Lava Jato a pesar de que los jueces reconocieron que no existían pruebas materiales que demostraran que Lula fuese el dueño del departamento que supuestamente le regalaron.
Ahora quedará en manos de la Cámara de Apelaciones de Porto Alegre solicitar la detención del candidato presidencial del Partido de los Trabajadores (PT), una vez que conteste las objeciones presentadas por la defensa. Este trámite podría demorar un mes.
La decisión de si Lula se podrá presentar o no en las elecciones de octubre queda en manos del Tribunal Electoral, que de acuerdo con la “Ley de ficha limpia” podría prohibir su postulación.
ER