El Ministerio de Defensa ruso afirma tener las pruebas que desmienten el supuesto ataque químico del 7 de abril para engañar a la comunidad internacional. Moscú asegura que el Reino Unido participó en la organización del «montaje» en Guta Oriental.
Rusia logró «encontrar a las personas que participaron directamente en la grabación del supuesto vídeo para interrogarlas». Se trata, de dos médicos que trabajan en la emergencia de un hospital en Duma.
De acuerdo con la versión del Kremlin, todas las personas trasladadas al centro médico durante el vídeo montaje «no presentaron síntomas de envenenamiento por sustancias tóxicas».
Mientras a las personas hospitalizadas se les prestaban los primeros auxilios, «en el hospital entraron personas desconocidas con cámaras de vídeo y empezaron a sembrar el pánico: A mojar a todos con agua -gritando- que fueron envenenados con sustancias tóxicas», explicó el portavoz ruso.
No es un dato menor que EE. UU y sus aliados europeos no han presentado ni una sola prueba del presunto uso de sustancias tóxicas.
Destacó que el verdadero objetivo de esa acción es «provocar a EEUU para que ataque a Siria con misiles» e insiste en esperar a que los expertos de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) lleven a cabo una investigación sobre el terreno.
Mientras, el secretario de Defensa estadounidense, James Mattis, justificó el ataque aunque no tienen pruebas.
Tras el ataque, Siria denunció que el objetivo de la agresión fue impedir el trabajo de los expertos de la OPAQ e instó a la comunidad internacional a repudiar la acción bélica.
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