El retroceso económico de Argentina bajo la presidencia de Mauricio Macri, no es un secreto ni siquiera para su mismo gabinete. El pueblo argentino esperó con ansias las elecciones primarias, antesala a las presidenciales, y no dudó un instante para encontrar el camino que retire a Macri del poder. La satanización del gobierno progresista de los esposos Kirchner y su regreso rimbombante a las políticas del Fondo Monetario Internacional, no tuvieron los resultados esperados y la nación suramericana se enfrenta ahora a su peor inflación en los últimos 30 años.
La dupla encabezada por Alberto Fernández, en alianza con Cristina Fernández de Kirchner, derrotó de manera aplastante no sólo a Mauricio Macri y su partido, sino al aparato comunicacional argentino encabezado por el Grupo Clarín, que a pesar de sus campañas de difamación, no lograron torcer la voluntad de los votantes que ya vislumbran un contundente triunfo en las elecciones generales de octubre. El Frente de Todos, de la dupla Fernández, se impuso con 47,1% a 32,48% al neoliberal Mauricio Macri y su coalición Juntos por el Cambio.

La ex presidenta dijo tras conocerse los resultados de la victoria sobre la coalición derechista, que la de los electores “es una voz que debe ser escuchada por todos […], también por el Gobierno, todos debemos escuchar la voz de las urnas”. Cristina Fernández llamó al reencuentro del país después del caos generado por el gobierno conservador e hizo votos porque la venidera victoria del 10 de octubre “signifique un encuentro y reencuentro de todos los argentinos”.
El precio de hipotecar el país
Entre las muchas críticas que se han arrojado contra el gobernante argentino Mauricio Macri, destaca la del politólogo y filósofo estadounidense, Noam Chomsky, quien cuestionó que ese gobierno haya “subyugado la democracia argentina a los mandatos del Fondo Monetario Internacional (FMI)”. El analista opina que los “programas de ajuste” implementados por Macri “recortaron el pasado reciente, desmoronaron el presente y condicionaron el futuro”.

Chomsky aseguró que a la par de la debacle económica, el poder mediático utilizado en defensa de los programas de gobierno, se han revertido en su contra. “No por coincidencia todos esos gobiernos antipopulares pagan increíbles campañas en redes sociales y apuestan a las aplicaciones que permiten promover las mentiras”, sentenció.
La promesa en un camino espinoso
Todo apunta a que tras las elecciones del 10 de octubre habrá nuevo gobierno en Argentina. El peronismo hace los ajustes necesarios para reagrupar sus fuerzas y dar la estocada a la ultraderecha extremista que gobernó al país y lo hizo retroceder económicamente casi 30 años. El candidato Alberto Fernández había referido antes de su victoria en las primarias, que de resultar electo terminará para siempre con “la grieta (la feroz división política de los argentinos) y la venganza”.

El reto que tiene en frente quien gobierne a los argentinos luego de las elecciones de octubre, es cumplir con las expectativas del electorado, que esperan el florecimiento de la economía del país luego de la recesión impuesta por intereses neoliberales. No será fácil gobernar un país endeudado, improductivo y dividido, que además está marcada por el resurgimiento de la derecha continental y las presiones extremistas de Washington.
RB