Los negocios de comida como restaurantes, cafeterías o empresas de catering siempre deben realizar sus procesos con éxito, calidad y sabor. El pan es uno de los ingredientes que no falta en ningún comercio de alimentación y si este es congelado puede ayudar a una empresa a destacar en calidad y ahorro de tiempo y recursos.
El pan suele considerarse un componente crucial de los acompañamientos de casi todas las comidas. Por eso, la venta de pan congelado está arrasando en este sector. Esto sucede por las ventajas que ofrece.
El desarrollo de la tecnología da la oportunidad de disponer de nuevas herramientas y productos que alteran las ideas convencionales en el negocio de la alimentación en su conjunto.
Se trata de técnicas de preparación de masas que son ancestrales y ofrecen el sabor tradicional de bollos dulces, salados y diversas mezclas, pero, con los más vanguardistas métodos de congelación para que el cliente tenga un producto fresco nada más sacar de la nevera y hornear por unos 5 o 10 minutos.
Además, las empresas de pan congelado ofrecen la oportunidad de hacer compras al mayor para establecimientos como hoteles, restaurantes, cafeterías, negocios de comida rápida, pero también a minoristas para hogares u oficinas que cuentan con cocina para sus empleados. Estas son las ventajas de comprar pan congelado.
Ahorro de tiempo, espacio y dinero
Cuando se trata de negocios de hostelería, el pan congelado proporciona la oportunidad de comprar grandes cantidades y tener un stock para el día a día. Esto supone ahorro de dinero, espacio y tiempo porque no se tendrá que contar con una panadería interna.
Es decir, la cocina no tendrá que tener un espacio para amasar y hacer crecer la masa, ni para hornos específicos y no será necesario contratar a panaderos.
Además, no hay el riesgo de que el pan no sea fresco si se compra en una panadería tradicional.
Comodidad
Está íntimamente ligado con el punto anterior cuando se trata de restaurantes, hoteles y afines porque la compra de pan fresco a diario quita tiempo y retrasa los procesos de estos negocios.
Es mucho más fácil y práctico sacar el pan congelado y darle un toque de horno para servirlo humeante y crujiente en las mesas.
Si se trata de los hogares, las amas de casa también pueden comprar y abastecerse para todo un mes y servir tostadas frescas en cada desayuno, hornear piezas para sándwiches o acompañar comidas sin tener que ir diariamente a la panadería.
Producto fresco a toda hora
Basta sacar el pan congelado de la nevera y meterlo al horno unos minutos y se tendrá pan recién horneado. Ni el más fino de los paladares nota la diferencia. Esto sucede simplemente porque no hay diferencia alguna.
El pan congelado se somete a un proceso de conservación a muy bajas temperaturas cuando está recién sacado del horno y estos atributos los conserva al descongelarse. No se le añaden químicos, ni conservantes. Es solo pan fresco, natural y nutritivo.
Alta calidad
El pan congelado (en todas sus versiones) ha sido amasado, levado y cocinado por panaderos expertos y con las técnicas tradicionales, pero conservado a temperaturas bajo cero para preservar el sabor y todas las propiedades organolépticas de la masa original.
Asimismo, se hace con harina, mantequilla, levadura y otros ingredientes que fueron seleccionados con sumo cuidado para llevar a la mesa de cada comensal un pan dulce o salado premium para satisfacer todos los gustos y que puede ser el protagonista por excelencia en cada pieza.
¿Qué productos ofrecen las ventas de pan congelado?
Los negocios o empresas que comercializan pan congelado tienen todo tipo de panes. Dulces, salados, galletas, masas, dots, mangas para magdalenas, pan para hamburguesas y hot dogs y planchas para tarta. Todo está disponible para las más diversas aplicaciones.
Es decir, las posibilidades son infinitas y atienden a todos los mercados. Desde los hogares hasta la industria alimentaria.
En todos los casos ofrecen ventas al mayor y al detal para cubrir las necesidades y requerimientos de cada sector.