¡Falta poco! El anuncio lo hacen cuatro países que encabezan la carrera por conseguir la vacuna contra el Coronavirus, manteniendo al mundo en suspenso. Estados Unidos, Inglaterra, Rusia y China, compiten en desesperada carrera contra el tiempo y un Covid-19 que puso también en jaque la salud económica del planeta. El juez de la contienda, la Organización Mundial de la Salud OMS, pone las reglas de juego en la conquista de la vacuna.
En este proceso las experiencias estadounidenses, británicas y chinas son divulgadas ampliamente, mientras los progresos rusos, se omiten o se ignoran. Pero antes de obtener las vacunas definitivas, es preciso conocer el riguroso protocolo que deben pasar antes de llegar a manos del público.
Las fases de una vacuna según la OMS
La aprobación de una nueva vacuna puede tardar meses o incluso años, pero no hay que alarmarse, la del Covid-19 está bien adelantada. La OMS establece cuatro fases para la aprobación de una vacuna. La fase «cero» o preclínica implica la prueba en roedores y otros animales. En la fase 1 comienza la aplicación en grupos humanos de 20 a 30 personas. La fase 2 establece la prueba en cientos de personas y la fase 3, en miles.

En todas estas fases se observan reacciones individuales y colectivas a los reactivos, así como posibles efectos secundarios. Cada fase es superada cuando los protocolos se cumplen y los riesgos son prácticamente nulos. Algunos expertos de la OMS recomiendan una cuarta fase de observación que puede durar un año más después de la aplicación de la vacuna.
Muchos países tienen sus propios controles y normativas para la fabricación de vacunas, pero no se diferencian mucho del aprobado por la OMS. En el caso de Estados Unidos, que acaba de retirarse del organismo sanitario, las pruebas de su vacuna se realizan a espaldas de esta institución.
Así marchan las cuatro vacunas
La vacuna del instituto Jenner de la universidad de Oxford, en Reino Unido, tiene mucho en común con la china del laboratorio CanSino Biologics. Ambas se basan en la proteína S del SARS-Cov-2, generan anticuerpos hasta dos meses después de su aplicación e induce una respuesta conocida como inmunidad celular, que destruye las células infectadas. Al estar asociadas a un vector viral, estas vacunas exponen las células a la proteína S, de modo que los organismos infectados no se repliquen.

La vacuna estadounidense del laboratorio Moderna Therapeutics, es la que arroja los mejores resultados en ese país. Utiliza el Ácido Ribonucleico (ARN) humano, capaz de elegir qué proteínas construir, para que reproduzca la del SARS-Cov-2 y la presente a todo el sistema inmunológico.
La rusa, cuyos estudios clínicos se iniciaron el 17 de junio en la Universidad Séchenovski de Moscú, tiene un buen camino ganado. Está basada en la vacuna contra el síndrome respiratorio del Medio Oriente (MERS). Este virus que azotó esa región entre 2012 y 2013, es el ancestro del actual Coronavirus y los rusos ya tenían la vacuna. En su segunda fase fue aplicada en voluntarios militares que evolucionan satisfactoriamente y aún están en observación.

¿Cuándo tendremos la vacuna?
Contrario al deseo de la mayoría de la población mundial, los laboratorios se cuidan mucho de dar una fecha exacta. Lo normal es que el desarrollo de una vacuna tarde entre 5 y 10 años desde su fase inicial hasta su aprobación definitiva. Pero los avanzados estudios sobre el Covid-19, podrían conquistar resultados satisfactorios en unos 12 o 16 meses.
Los británicos dicen que para finales de año ya tendrán disponible una vacuna para uso limitado. Los chinos adelantan varias vacunas, pero se muestran cautelosos al dar una fecha para su uso en campañas de inmunización. Lo que sí aseguran es que su vacuna será un bien de acceso universal.

La farmacéutica estadounidense Moderna anunció que ya sus estudios se encuentran en fase 3, en la que aplicarán dosis aleatorias a 30 mil pacientes. De esta manera, y con una inversión mil millonaria que seguramente multiplicarán, la vacuna norteamericana se ubica adelante en las etapas avanzadas. Sin embargo los rusos, cuya vacuna ya está en producción, han ofrecido que desde agosto se comenzará a distribuir masivamente su producto. La guerra por conquistar la vacuna se convirtió en algo más importante que la cura del virus.
Randolph Borges/VTactual.com
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