La BBC elogia y elige a Simón Bolívar como el Hombre más importante del siglo XIX. “Con sólo 47 años de edad peleó 472 batallas, siendo derrotado sólo 6 veces.
Destaca además el medio de comunicación europeo que El Libertador participó en 79 grandes batallas, con el gran riesgo de morir en 25 de ellas.
Liberó 6 naciones, cabalgó 123 mil kilómetros, más de lo navegado por Colón y Vasco de Gama unidos.
Fue Jefe de Estado de 5 naciones.
Cabalgó con la antorcha de la libertad la distancia lineal de 6.500 kilómetros, que es aproximadamente media vuelta a la Tierra.
Recorrió 10 veces más que Aníbal, 3 veces más que Napoleón, y el doble de Alejandro Magno.
Sus ideas de Libertad fueron escritas en 92 proclamas y 2.632 cartas.
Lo mas increíble es que muchas de ellas fueron dictadas de forma simultánea y en diferentes idiomas a distintos secretarios.
Y el ejército que comandó NUNCA CONQUISTO… sólo LIBERÓ…”
Vivió sólo 47 años, suficientes para ser conocido como un hombre de fina cultura y agudo pensamiento político. En menos de 20 años logró la independencia de cinco naciones, hoy seis: Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Panamá.
Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios, más conocido como Simón Bolívar, el Libertador, nació el 24 de julio de 1783. Su ciudad natal, Caracas, era entonces la capital de la Capitanía General de Venezuela, provincia del imperio español en América.
Su infancia:
Bolívar era el cuarto hijo de una poderosa clase social, los «mantuanos», que dentro de la provincia tenían la primacía en todo, excepto el pleno poder político
Su padre, Juan Vicente Bolívar Ponte, murió cuando tenía dos años. Su madre, María de la Concepción Palacios Blanco, falleció cuando había cumplido nueve años.
Si bien no tuvo privaciones, Bolívar sintió la orfandad, señalan los historiadores, y tal vez por ello dictó años después un decreto para proteger a la infancia desvalida.
El encuentro con Simón Rodríguez
Simón Bolívar asistió a la Escuela Pública, regentada entonces por el educador venezolano Simón Rodríguez, hombre de ideas pedagógicas y sociales progresistas, quien ejercería luego una profunda influencia sobre su persona.
Con la muerte de sus padres y abuelos, vivió bajo la tutoría de su tío, Carlos Palacios, con quien no se llevaba bien. A los 12 años se fugó de su casa para ir a vivir con su hermana, María Antonia y su esposo.
El hecho sucitó un conflicto que terminó cuando Bolívar, a pesar de su resistencia, fue conducido a la casa de su maestro Simón Rodríguez.
Su personalidad se vio en aquél entonces. Cuando buscaron trasladarlo a la casa de Rodríguez afirmó que se podría disponer de sus bienes pero no de su persona, pues en ésta sólo mandaba él.
Sin embargo, el joven Bolívar tuvo que ceder y en estas circunstancias, Rodríguez se dispuso a educarlo, ganando su confianza y amistad, que duraría toda la vida.
Europa, el amor, el dolor y la promesa
Antes de cumplir los 16 años, Bolívar emprende viaje a España, donde perfeccionó sus conocimientos bajo la dirección de sus tíos Esteban y Pedro Palacios y el Marqués de Ustáriz, su mentor intelectual.
Aprende francés, perfecciona sus conocimientos de historia, matemáticas y otras materias. Además se convirtió en hombre de mundo, aprendiendo esgrima, baile y frecuentando tertulias y salones en la corte.
Fue allí donde conoció a María Teresa Rodríguez del Toro y Alaiza, joven española de la que se enamoró profundamente. «Amable hechizo del alma mía», le decía en sus cartas.
El 26 de mayo de 1802 contrae matrimonio y en julio de ese año llega a Caracas con su esposa para administrar sus bienes.
Su felicidad duró poco: en enero de 1803 María Teresa, el hechizo de Bolívar, moría víctima de la fiebre.
A fines de ese año Bolívar retorna a Europa y en la primavera de 1804 se establece en París, Francia. Allí lleva una intensa vida social y mantiene un romance con una dama francesa que se decía su prima, Fanny Du Villars cuyo salón frecuentaba y al cual acudían políticos, militares, diplomáticos, científicos y negociantes.
Es en esta ciudad, en la que ya gobernaba Napoleón, donde Bolívar se reencuentra con su mentor Simón Rodríguez.
Con él emprende viaje a Italia y en la cima del monte Sacro jura no descansar hasta lograr la independencia de Hispanoamérica. Comenzaba el camino del Libertador.
La independencia
En 1807, Bolívar está de regreso en Venezuela y desde esa fecha comienza a reunirse con sus amigos planeando los primeros pasos de la independencia.
El movimiento se consolida en 1810 y para julio de 1811, Venezuela -bajo el rol protagónico de Bolívar- declara la independencia.
A partir de allí, surge el temple y la constancia de Bolívar. Por más de diez años, llevará adelante una serie de campañas buscando su objetivo. Debió salir exiliado varias veces y volvió otras tantas.
En uno de sus regresos, en 1813, es nombrado con el título de Libertador, tras una fulgurante operación conocida como la Campaña Admirable, donde Bolívar mostró su genio militar.
Pasarán varios años todavía, para que logre su objetivo. Las batallas de Boyacá, Carabobo, Pichincha, Junín y Ayacucho, consolidan su sueño de ver a América libre del yugo español.
En medio de la guerra, conoce a Manuela Sáenz, «la amable loca» como la denominó y que pasó a ser la «libertadora del libertador», al salvar su vida años después.
Pero Bolívar no sólo buscó la independencia, buscó construir una nueva sociedad y estructura política.
En los diferentes congresos que promovió, como Angostura, expuso su idea de una nación de varias repúblicas.
Comprendió que la unidad era el camino para sostener a las nuevas repúblicas.
Dictó varios decretos de reforma social, buscó abolir la esclavitud y mejorar la condición de la población indígena.
Sin embargo, sus esfuerzos no tuvieron el eco necesario. Su sueño de la Gran Colombia, que había creado en las guerras de la independencia se desvaneció ante sus ojos.
Las naciones hispanoamericanas se separaron y fue acusado de tirano y usurpador. Al final, debió renunciar y partir al exilio nuevamente, quebrantado y enfermo.
Su vida acabó el 17 de diciembre de 1830, pensó que había «arado en el mar».
Su legado
Bolívar no pudo completar sus objetivos en vida, pero dejó un legado.
El historiador venezolano, Manuel Caballero, indica que el Libertador inventó una realidad y buscó soluciones para su tiempo.
Carlos Toranzo, analista político y director del Instituto Latinoamericano de Investigaciones Sociales en Bolivia, considera que el legado de Bolívar pueden resumirse en cuatro puntos: la idea de libertad, su concepto de integración, su republicanismo y la importancia de la educación para el desarrollo de los pueblos.
Todos estos elementos son prioridades en la Latinoamérica de hoy, más de cien años después de la muerte del Libertador.
BBC