Este miércoles se activó la memoria de los «viudos» del canal de televisión venezolano Radio Caracas Televisión (RCTV) al cumplirse 13 años desde que se les venció la concesión en el espectro radioeléctrico.
Desde entonces el lamento ha ido calando entre los que trabajaron ahí – a quienes se les olvidó el desprecio que vivieron de los directivos – y a los que veían la programación. Todavía está fresco en la memoria de algunos el lastimero show mediático que aquel 27 de mayo de 2007 aturdió al país. Tras la fachada de la defensa de la «Libertad de Expresión», se escudaba la desesperación por perder un negocio muy rentable; sobre todo cuando las agencias estadounidenses financian a los medios de comunicación en la procura de tumbar gobiernos.
Los eventos ocurridos marcaron la historia contemporanea de Venezuela. La no renovación de la concesión a RCTV ha sido la bandera de la oposición durante todos estos años para hacer creer a la opinión pública internacional que el Gobierno Venezolano cercena la libertad de expresión en el país. Además, sirvió como punto de partida para una serie de acciones desestabilizadoras protagonizadas por «jóvenes estudiantes» formados por OTPOR: el movimiento juvenil financiado por los EEUU que con su Revolución de Colores derrocó al presidente Milosevic en Serbia.

Sin embargo la realidad es otra: el espectro radioeléctrico le pertenece al pueblo venezolano y el Estado es su administrador. A esa televisora se le había vencido la concesión y el Gobierno de Hugo Chávez, dentro del marco de la CRBV y las leyes decidió no renovarla. El canal podía seguir operando a pesar de su instigación al odio a través de la televisión por suscripción.
Las comiquitas de un golpe de Estado
El 11 de aril de 2002 se llevó a cabo un golpe de Estado en Venezuela que contó con la participación de los medios de comunicación privados. Durante las horas de angustia que vivió el país no se transmitió noticia alguna. La programación se enfocó en transmitir comiquitas y programas de entretenimiento. La «orden» dada por los ejecutivos de RCTV fue «Cero chavismo en las pantallas».
Tiempo después esta información fue confirmada por Andrés Izarra, ex ministro de Comunicación e Información de Venezuela, quien estuvo como gerente en RCTV durante el 2002 y se negó a transmitir información falsa durante el golpe de Estado, además aseguró que la orden era «la transmisión silenciosa».
En diciembre de ese año, resaltaron su caracter de medio «privado de entretenimiento» para la familia venezolana al encadenarse con sus pares del «cartel antichavista» transmitiendo 24/7 los partes de guerra de la Coordinadora Democrática durante el Paro Sabotaje Petrolero.
Punto de partida de un «Movimiento Estudiantil» fascista
El cese de esta concesión también trajo como consecuencia el surgimiento de un grupo de estudiantes «comprometidos con el país», que decia defender los intereses de la juventud que necesitaba encarecidamente ver la programacion del canal de Quinta Crespo.
¿Recuerdan las caras de esos muchachos «inocentes»? En ese entonces promovían marchas y concentraciones para gritar «Un amigo es para siempre», mientras quemaban chaguaramos en la avenida Bolívar. Hoy podemos ver esos mismos rostros al frente de los ataques contra el país.
Uno es el de Freddy Guevara, quien está asilado en la embajada de Chile luego de que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) le retirara la inmunidad parlamentaria a su cargo como diputado por incitación a la violencia durante las acciones terroristas ocurridas entre abril y junio de 2017 que dejaron más de cien muertos en el país.
El otro rostro es el de Yon Goicochea, quien actualmente está relacionado con la Operación Gedeón, cuyo cabecilla es Juan Guaidó para introducir paramilitares en el país con el fín de derrocar a la revolución Bolivariana y entregarle el país a los EEUU.
Goicochea es el presidente de la Fundación Futuro Presente que se encargaba del financiamiento de la logística, alimentación y arrendamiento de los campos de entrenamiento para los mercenarios. Actualmente tiene orden de aprehensión de la Fiscalia venezolana.
«El periodismo primero»
La plana de periodistas lloraban ese 27 de mayo de 2007 por la «perdida de la libertad de expresión». En un clima de tragedia griega, la teatralidad hizo de las suyas durante los días previos en un escenario puntual: buscaban que desde afuera se viera a Hugo Chávez como un dictador. Los tacones y las lágrimas eran los que dictaban la pauta.
Con el pasar de los años el libreto siguió siendo el mismo – ahora en contra de Nicolás Maduro – y con los mismos galanes de la comunicación, pero ya no emiten desde Caracas sino desde el Doral en Florida, Alemania o Panamá.
Lo único que cambió fue el escenario, la mayoría de ellos consiguió trabajo en medios estadounidenses con una linea directa en contra de Venezuela. Sergio Novelli, Isnardo Bravo, José Pernalete, David Pérez Hansen, Noé Pernia, Erika Corrales, Luisana Rios y Berenice Gómez, entre otros, cambiaron aquella frase que repetían entre lágrimas «el periodismo primero» por el palangrismo primero. Incluso algunos son parte de la plataforma televisiva internacional de origen alemán, Deutsche Welle.
Se volaron los tapones
Este hecho también dejó a más de uno con la mente trastocada. Los artistas que se quedaron sin el sueldo que ganaban por perturbar la mente de la colectividad terminaron sufriendo repetidos «episodios de esquizofrenia».
Franklin Virguez, sí, ese moreno alto que protagonizaba las novelas «sociales» que hacía RCTV, quedará para la historia como uno de los más transtornados por el «legado de RCTV».
Desde Miami se dedica a difundir bulos en contra de Venezuela a través de las redes sociales, improperios contra el gobierno venezolano y episodios patéticos con un triste «Tic Tac, Tic Tac» que – de acuerdo con su locura – es el conteo del tiempo que le queda el gobierno de Nicolás Maduro.
Otras que no pueden quedar fuera en el protagonismo antichavista son Kiara, Amanda Gutierrez, Camila Canabal y Carlota Sosa, por nombrar algunas de las que se han dedicado a “lamentar” por RCTV desde otras fronteras y que en 2007 ni siquiera trabajaban en el canal de televisión.
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