La austeridad económica se aplicará a las inversiones sociales en Brasil, luego de que el Senado Federal de ese país diera el visto bueno el pasado martes al borrador de la Propuesta de Enmienda Constitucional (PEC 55), impulsada por el presidente interino Michel Temer.
Esta ley, con 61 votos a favor y solo 14 en contra, limitará por 20 años el presupuesto y las inversiones públicas del gigante sudamericano, afectando a sectores como salud y educación. El Senado, controlado por la derecha brasileña, deberá votar el proyecto en segunda discusión el próximo 13 de diciembre, según información del portal web de Telesur.
La jornada estuvo marcada por masivas protestas en Brasilia, (capital), donde se concentraron alrededor de 10 mil personas, una de las manifestaciones más grandes registradas en contra de Temer, informó el portal Sputnik.
Durante la discusión del proyecto de ley, el senador del Partido de los Trabajadores (PT), Lindberg Farías, denunció que la PEC 55 significa la privatización del Estado, así como un duro golpe a los derechos de los trabajadores, por tratarse del estrato social más afectado.
Paulo Paim, también del PT, advirtió que según las Naciones Unidas, entre 2015 y 2030 la población de Brasil aumentará en 21 millones de personas. «Si se limitan los gastos públicos en los próximos 20 años, hasta 2036, ¿cómo podrá darse a la población más educación y más salud con menos recursos?; ¿si no habrá inversiones del Estado, cómo se podrán generar más empleos?», dijo Paim, citado por Telesur.
El senador del Partido Socialista Brasileño (PSB), Joao Capiberibe, aseguró que la limitación del gasto público profundizará la recesión y no estimulará al sector productivo. Alertó que el único beneficiario será el sector financiero.
Los augurios no pintan bien para la economía brasileña, que registra su décima retracción trimestral consecutiva. El Producto Interior Bruto (PIB) de la mayor economía sudamericana acumuló en los nueve primeros meses de 2016 un crecimiento negativo del 4 %, el peor resultado desde que comenzó a ser medido en 1996, según los datos divulgados el miércoles por el estatal Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas (IBGE), informó el portal web El Economista.
La institución también dio a conocer que entre julio y septiembre pasado la agricultura cayó un 1,4 por ciento mientras que la industria fue de 1,6 y los servicios en 0,6 puntos. Las inversiones en el país experimentaron un decrecimiento de 3,1 por ciento, las exportaciones de bienes y servicios mermaron en 2,8 y las importaciones en 3,1 por ciento.
El gobierno de Temer no ha logrado sacar a flote la economía de su país y pareciera que para el próximo año las cosas no mejorarán mucho ya que su administración recortó su previsión de crecimiento económico para 2017 de un 1,6 por ciento a 1 por ciento. No obstante, su gobierno impulsa el proyecto de ley para recortar los fondos en materia social sin estimular la producción y por ende los empleos, el flujo de bienes, servicios y consumo interno.
Por otra parte, el gobierno nacional también dió luz verde al despido de 18 mil empleados del estatal Banco de Brasil, a pesar de que algunos de ellos tienen más de 50 años de edad y 15 años de contrato.
Todo esto ocurre en medio del escandaloso caso Lava Jato, que investiga los desvíos vinculados con Petrobras, la mayor trama de corrupción de la historia de Brasil, por el cual hay varios políticos del partido de Temer detenidos y que parecen también estar vinculados al propio presidente interino, según las investigaciones.
JA