Lo que parecía ser un consenso general dentro de la oposición venezolana, terminó por convertirse en otro motivo de discordia para los distintos partidos que conforman la Mesa de la Unidad Democrática (MUD): las organizaciones políticas minoritarias se disputan el control sobre las decisiones, que ahora recaen sobre los partidos mayoritarios.
Fue así como se conformó el «G9», una agrupación de partidos «grandes» que asumirán la coordinación política de la MUD, paralelo al secretario ejecutivo. Ahora quienes deciden son Primero Justicia, Acción Democrática, Un Nuevo Tiempo y Voluntad Popular, Vente Venezuela, Alianza Bravo Pueblo, La Causa R, Avanzada Progresista y Movimiento Progresista de Venezuela.
María Corina Machado, coordinadora del partido «Vente Venezuela» señaló a través de un comunicado que “resulta inaceptable hablar de una reorganización de la MUD sin establecer, de manera inequívoca, el objetivo estratégico de la coalición, que no debe ser otro que la salida de la tiranía sin demora” aseguró.
Para Machado no tiene sentido discutir la estructura de la MUD si no está claro para qué se busca «la unidad», que a su juicio debe ser «sacar a Nicolás Maduro» y no para luchar por las elecciones regionales.
Por su parte, Omar Ávila, secretario general de «Unidad Visión Venezuela», condenó que se quedaran por fuera 17 partidos del «G9»; indicó que lo que se hizo fue cambiar un cogollo por otro.
“Sigue siendo más de lo mismo. Estamos atravesando una crisis de representación. No es una crisis ideológica ni de identidad. Esta cúpula opositora es tan mala que, a pesar del descontento, no ha logrado salir de este gobierno» expresó Ávila.
AMR