El 6 de diciembre se llevarán a cabo los comicios para renovar a los diputados de la Asamblea Nacional de Venezuela. Ese mismo día se cumplirán 5 años de aquel lejano domingo en que bajo la promesa de que “se acabarían las colas” – promovidas por la guerra económica – la oposición ganó por primera vez en la historia de la Revolución Bolivariana la mayoría parlamentaria con 112 de 167 escaños.
Con este evento electoral se da cumplimiento a lo establecido en el artículo 192 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV) que establece que “Los diputados o diputadas a la Asamblea Nacional durarán cinco años en el ejercicio de sus funciones, pudiendo ser reelegidos o reelegidas”.
«Largo y arduo es el camino que conduce del infierno a la luz.» – John Milton
Si hay algo que define lo que ha sido el desempeño de la actual Asamblea Nacional y lo que representan para el país las futuras elecciones, es esta frase de la novela de John Milton “Paraíso Perdido”. El desacato al Tribunal Supremo de Justicia, los ensayos de diversas modalidades de Golpe de Estado, guarimbas, intentos de magnicidio y la implantación de gobiernos y estructuras paralelas sumieron al país en una crisis institucional.
La Mesa Nacional de Diálogo por la Paz
El 16 de septiembre de 2019 se hace pública la instalación de la Mesa Nacional de Diálogo por la Paz integrada por el Gobierno Bolivariano y representantes de los partidos de oposición deslindados de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) y sus aventuras golpistas.
Ese día se firmó un acuerdo que contemplaba, entre otras cosas, la designación de un nuevo Consejo Nacional Electoral.
El “tira y encoge” en la conformación del Comité de Postulaciones
En octubre de 2019, la Asamblea Nacional aprobó el inicio de la designación del comité de postulaciones de los nuevos integrantes de la directiva Consejo Nacional Electoral (CNE). Esta iniciativa fue echada para atrás por el entonces presidente del parlamento, Juan Guaidó, quien aseguró que “una elección no resolvería la crisis nacional”.
En enero de este año, el autojuramentado se negó a entregar la Presidencia del parlamento e instaló uno paralelo, dividiendo así a los parlamentarios de oposición. La fracción opositora anti – Guaidó y los parlamentarios del Bloque de la Patria se pusieron manos a la obra en la convocatoria al Comité de Postulaciones para la renovación de las autoridades del CNE
El 9 de marzo de 2020 se instaló formalmente el Comité de Postulaciones. La sesión plenaria de la AN para la elección de la nueva Directiva del CNE debía llevarse a cabo 30 días después de esa fecha. De no hacerlo, se incurriría en “omisión legislativa”, tal como lo contempla la sentencia emanada por la Sala Constitucional del TSJ basada en el numeral 7 del artículo 336 de la Constitución de 1999 que versa lo siguiente:
“Declarar la inconstitucionalidad de las omisiones del poder legislativo municipal, estadal o nacional cuando haya dejado de dictar las normas o medidas indispensables para garantizar el cumplimiento de esta Constitución, o las haya dictado en forma incompleta, y establecer el plazo y, de ser necesario, los lineamientos de su corrección”
El 17 de marzo el país entra en cuarentena social y colectiva ante los primeros brotes de Covid-19 y, en mayo, el Comité de Postulaciones elegido por la Asamblea Nacional en desacato anunció que suspendería sus actividades indefinidamente por causa de la pandemia.
TSJ designa la nueva Directiva del CNE
Representantes de los partidos políticos de la oposición no extremista – Javier Bertucci, Claudio Fermín, Timoteo Zambrano, Felipe Mujica, Luis Romero, Rafael Marín, Juan Alvarado y Segundo Meléndez – introdujeron ante el máximo tribunal una demanda por omisión legislativa dejando así en manos de esta instancia la renovación de las máximas autoridades del Poder Electoral.
Es así que el 12 de junio el TSJ juramentó a las nuevas autoridades del ente comicial, conformado por Indira Maira Alfonzo Izaguirre (presidenta), Rafael Simón Jiménez Meleán (vicepresidente), Tania D Amelio Cardiet, Gladys María Gutiérrez Alvarado y José Luis Gutiérrez Parra como rectores principales.

Cambios en las normativas
Dentro de la demanda introducida en el TSJ por los políticos de oposición estaba la solicitud de la modificación del mecanismo de circunscripción especial indígena y la incorporación de un Cociente Electoral Nacional «de forma tal que puedan elegirse diputados de acuerdo al principio de representación proporcional (…) dividiendo el total de votos válidos consignados en toda la República para la elección de los cargos a la Asamblea Nacional, entre el número fijo de representantes que la integran». Esta instancia delegó esta tarea al ente comicial.
Por esta razón, la presidenta del Consejo Nacional Electoral, Indira Alfonzo, anunció que el número de diputados a elegir aumentará de 167 a 277, es decir 66% más. Asimismo se mantienen intactas las 87 circunscripciones nacionales y 52% de escaños serán voto lista, 48% vía voto nominal.
Alfonzo aseguró que esta medida – que fue aprobada por unanimidad en el Poder Electoral – obedece al crecimiento de la población venezolana, que ya ronda los 32 millones de ciudadanos y así “se fortalece el pluralismo y la progresividad de los derechos de los venezolanos”.
Panorama pre electoral
Como era de esperarse, el autojuramentado Guaidó y el ala más radical de la Derecha Venezolana manifestó que la Asamblea Nacional que surja de esas elecciones no resultará válida ni legítima. Esta postura es avalada por los EEUU, el Grupo de Lima, el Grupo Internacional de Contacto y la Unión Europea.
Los partidos del G4 – integrado por Acción Democrática (AD), Primero Justicia (PJ), Voluntad Popular (VP) y Un Nuevo Tiempo (UNT) – si bien en un principio apoyaron la posición de Guaidó, actualmente están evaluando deslindarse de la misma por temor a “perder por forfeit”.
También está la oposición representada en la Mesa de Diálogo, pequeños partidos e independientes que ven con beneplácito los nuevos comicios y anunciaron su participación.
Por último tenemos al Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) a la vanguardia como la principal fuerza política del país y con una maquinaria electoral demoledora que coloca a los otros partidos aliados de la Revolución Bolivariana en la disyuntiva de si se subordinan a la fórmula del partido de gobierno – a cambio de algunas concesiones en las candidaturas – o lanzan sus propios candidatos. El tiempo corre y se irán revelando las cartas.
Enza García Margarit/VTactual.com
La doble misión del nuevo Consejo Nacional Electoral en Venezuela