El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva resultó autorizado por la justicia, este sábado, para asistir al entierro de un nieto de 7 años que murió el viernes víctima de meningitis, pero se desconoce qué motivó el beneficio que ya se le negó en una ocasión.
En medio de un intenso dispositivo de seguridad, un helicóptero trasladó al exjefe de Estado desde las instalaciones de la Policía Federal de Curitiba, en las que purga su condena por presunta corrupción desde abril de 2018, hasta el aeropuerto de Bacacheri, donde un avión de la gobernación de Paraná le llevaría a Sao Paulo.
El expresidente resultó conducido por la Policía Federal hasta Sao Bernardo do Campo, localidad del área metropolitana de Sao Paulo en la que se desarrolla el sepelio, pero aún se desconoce si participará en las ceremonias fúnebres o si sólo se reunirá con su familia.
Excesivamente protegido
El proceso por el que la Justicia lo autorizó a abandonar la prisión por primera vez está protegido por el sigilo y hasta sus abogados se comprometieron a no divulgar ningún detalle con el fin de impedir que los seguidores del exmandatario promuevan alguna manifestación que pueda poner en riesgo la seguridad de la operación.
La jueza Carolina Lebbos, de la Sala de Ejecución Penal de Curitiba, aceptó la solicitud que hizo la defensa del exmandatario de liberarlo provisionalmente con base en la Ley de Ejecución Penal, que permite a los condenados salir de prisión para asistir al velatorio de familiares cercanos.
La cremación del nieto de Lula está prevista para el mediodía de este sábado en el Cementerio Jardín de la Colina, en Sao Bernardo do Campo, en el mismo cementerio donde se realizó el sepelio de Marisa Leticia Rocco, la esposa del ex jefe de Estado, que murió en febrero de 2017.
No le habían permitido despedirse de su hermano

Arthur Araujo Lula da Silva, uno de los seis nietos del expresidente, murió el viernes en un hospital de Sao Paulo, un mes después de que falleciera el hermano mayor del expresidente, víctima de un tipo raro de cáncer que afectó sus vasos sanguíneos. En aquella ocasión, la Justicia solo le permitió una reunión familiar cuando el cuerpo de Genival Inácio da Silva ya había sido sepultado, por lo que rechazó el permiso y decidió permanecer en su celda.
FF