Matar a refugiados y auto exiliados cubanos en Miami fue otro de los fallidos argumentos filtrados en los más recientes documentos desclasificados de la Agencia Central de Información gringa (CIA, por sus siglas en inglés).
En su afán por llamar la atención o desviarla de temas quizás más importantes en su escandalosa gestión, el presidente norteamericano Donald Trump, el pasado 26 de octubre prometió revelar expedientes confidenciales de inteligencia que servirían para esclarecer de una vez por todas los detalles del asesinato de John F. Kennedy.
Sin embargo, esto no ha sido posible por el momento ya que dentro de los casi 3 mil documento no hay información suficiente por negación de las mismas fuentes de seguridad de Estado, publicando solo una fracción de estos papeles.
No obstante, en su defecto, han sido develados otros datos (Leaks) sobre emblemáticas operaciones (Mangosta) y francas conspiraciones como las realizadas contra la Revolución cubana y su máximo líder Fidel Castro.
Además de las no tan nuevas teorías conspirativas sobre las atípicas formas en los intentos de asesinar al Comandante Fidel (habanos y conchas marinas explosivas o trajes de buzos envenenados, entre otras), surgieron las macabras revelaciones de plantar bombas en algunas zonas de Miami, matar selectivamente a líderes disidentes o hundir balzas de refugiados cubanos para culpar a Castro, poner a la opinión pública en su contra y generar las condiciones para una intervención militar directa.
Lo que sí ha quedado demostrado con estos últimos documentos desclasificados es que no hay relación alguna entre la muerte de JF Kennedy y la Revolución cubana (apoyada por la Unión Soviética) como se quiso hacer ver en la época de la Guerra Fría.
LM