Si por sus acciones juzgamos, el principal enemigo del diputado adjudicado, Juan Guaidó, no es el presidente Nicolás Maduro, es la paz y la estabilidad de Venezuela. Desde que el autoproclamado presidente encargado, interino, o como quiera que lo llamen los voceros de Washington, se encumbró en su cargo inexistente, la vida de la nación suramericana se ha complicado significativamente y la paz pende de un hilo.
Fiel a los planes de la Casa Blanca para sacar a Maduro del poder, Guaidó ha servido como la figura generadora de una serie de eventos calamitosos que han llevado a Venezuela al borde de un conflicto bélico. De ser un perfecto desconocido antes de su nombramiento como presidente de la Asamblea Nacional en desacato aquel 5 de enero, se autoproclamó presidente de la república violando varios artículos de la constitución. Sus continuos llamados a la sublevación y la desobediencia, han sido recogidos por pocos oídos, pero no dejan de ser una amenaza latente.

Tras el fracaso que supuso el ingreso forzoso de “ayuda humanitaria” procedente de EEUU, vía Colombia, hizo la promesa de extremar sus acciones para despojar a Maduro del poder por la fuerza, con el apoyo de EEUU, por supuesto. Entre las acciones que Guaidó emprendió, de la mano de sus amigos norteamericanos, se produjo el sabotaje a la red eléctrica del país, que recibió un ciberataque al cerebro del sistema de distribución de energía eléctrica, con el que el autoproclamado y sus aliados foráneos reconocieron su vinculación con el hecho.

Pero Guaidó parece no haber vaciado su catálogo de torturas contra la paz de la nación caribeña, y tras el apagón promete más oscuridad. En un mensaje que circula en redes sociales el dirigente giró la orden para lo que llamó “la activación de la fuerza libertaria”, un conjunto de acciones dirigidas a generar caos, intimidación y terror en la población venezolana.
En su llamado, Guaidó ordena la conformación de grupos de choque e intimidación en oficinas de la Administración Pública, “desobediencia total” y un nuevo llamado a la fuerza armada a desconocer la constitución y dar un golpe de Estado. Con estas medidas, Guaidó espera lograr que “la comunidad internacional haga más de lo que ha hecho” cercando al país económica y políticamente. En el audio, el autoproclamado anuncia “momentos difíciles”, que recuerdan a sus palabras acerca de los muertos que se pudieran producir para conseguir sus propósitos: “son inversión para el futuro”.
RB