Esta semana también será perdida para buscar una salida satisfactoria al tema Brexit. La Unión Europea (UE) pide más concesiones a la administración de Boris Johnson, mientras que el gobierno británico se enfrasca en impulsar una salida traumática de la comunidad. Cuando faltan poco menos de 14 días para el vencimiento del plazo dado por el gobierno de Johnson para producirse el divorcio, la inestabilidad que rodea al caso se torna más angustiante.
El primer ministro británico anunció que intentará un nuevo acuerdo con la UE en la cumbre que se efectuará esta semana en Bruselas, pero que si el resultado no es satisfactorio, seguirá impulsando un Brexit traumático, a pesar de la decisión tomada por el Parlamento que le impide llevar a cabo esa medida.
La mano de la reina Isabel introdujo una presión mucho más aguda, cuando este lunes pidió prioridad al Brexit con un acuerdo de divorcio, para lo cual pidió celeridad al premier. “La prioridad de mi gobierno siempre ha sido garantizar la salida de Reino Unido de la Unión Europea el 31 de octubre”, dijo la reina ante la cámara de los Lores, a quienes definió la planificación del año que viene.
Escenarios pesimistas
Pese a la voluntad de la reina, la cosa no se pinta tan fácil para la misión encomendada y mucho menos en una carrera contra reloj. En la Unión Europea ven difícil que pueda proceder la propuesta de Johnson sobre la cuestión aduanera híbrida en la frontera con Irlanda.
A casi tres años de que se promovió la salida de Reino Unido de la UE, la situación podría abrir de nuevo un escenario que posponga dar este paso, con las consecuencias negativas que ello supone para la economía de Europa y en consecuencia contribuye a la inestabilidad de los mercados mundiales. Tras este nuevo traspié, la libre esterlina retrocedió ante el dólar y el euro este lunes.
RB
