El diputado a la Asamblea Nacional (AN) venezolana por la bancada opositora, Timoteo Zambrano, advirtió que la presión internacional le ha hecho mucho daño a Venezuela.
En una entrevista que otorgó al periódico colombiano El Espectador, detalló que la solución para la crisis política que vive su país debe venir desde adentro, sin la interferencia de otros países.
Zambrano, quien tiene una vasta carrera política no parece afectarle los innumerables comentarios negativos, e insultos por parte de un sector de la oposición, que lo califican de traidor por retomar una mesa de diálogo alternativa con el gobierno de Nicolás Maduro.
El opositor detalló la razón por la cual la bancada oficialista se incorporó a la AN luego de nueve meses ausente: “queremos tener un nuevo Consejo Nacional Electoral (CNE) en un corto plazo, este mismo año. Pero para poder tener un CNE se necesita una mayoría calificada y para ello se necesitaba al oficialismo en la Asamblea. Eso también con el objetivo de darle al Parlamento institucionalidad y poder al final, tener un CNE que sea reconocido por las dos partes. Todo esto para sembrar confianza en los dos bandos y seguir avanzando en la reinstitucionalización y la normalización del país”, recalca.
Timoteo Zambrano reconoció que la polarización es la principal problemática del país para resolver sus problemas. “Esa es lamentablemente la tragedia que tenemos. Yo creo que la Mesa Nacional que estamos liderando apunta a quebrar la polarización. En mostrar que puede haber un camino distinto, que lo puede marcar el diálogo. El nivel de polarización es tan grande que no deja mirar nada, pero sí trae violencia política y dificultades”
¿Oposición dividida?
Cuando le preguntaron si la oposición venezolana está cohesionada como parece, este respondió que no es así. “Para nada. No podemos aceptar una estrategia que desde el principio se ha planteado la posibilidad de una invasión del país”
Por último el diputado opositor aseveró que la oposición venezolana no midió las consecuencias de las medidas coercitivas y unilaterales que impuso el Gobierno estadounidense a su país. “No cuestionamos las sanciones individuales, que están bien, pero sí creemos que sancionar a todo un país es criminal. Las sanciones se han vuelto un obstáculo para superar la crisis política y han agravado aún más la económica. Esa presión internacional ha hecho más daño que bien”.
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