Tras una resolución unánime votada por los 15 países miembros del Consejo de Seguridad de la Organización de Estado Americanos (ONU), se establece un embargo a las exportaciones de productos textiles norcoreanos y a las importaciones de gas natural licuado y de gas natural comprimido.
Esta decisión busca presionar a Pyongyang para que abandone sus programas de desarrollo de armamento nuclear y misilístico. «Si Corea del Norte continúa su peligroso camino, nosotros seguiremos incrementando la presión», dijo la embajadora permanente de EEUU ante la ONU, Nikki Haley.
Corea del Norte probó el pasado 4 de septiembre su bomba atómica más potente hasta la fecha, un artefacto termonuclear que puede instalarse en un misil intercontinental, lo que alarmó a la comunidad internacional, en especial a los gobiernos de Seúl, Tokio y Pekín, donde se sintió un terremoto de magnitud 6.3 y de origen aparentemente artificial tras el ensayo de Pyongyang.
Han Tae Song, embajador de Corea Norte ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), ha alegado que “las recientes medidas de autodefensa de mi país (…) son un paquete de regalos dirigidos a nadie más que a Estados Unidos”.
La Casa Blanca ha venido presionando sobre Corea del Norte por su programa de desarrollo nuclear y de misiles balísticos por considerarlos una amenaza a la paz y a la estabilidad regional e internacional.
AMR
