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Lo que no se dijo de la designación del nuevo presidente de la AN venezolana

La primera acción política con la que la derecha venezolana inició el año fue la designación del nuevo presidente de la Asamblea Nacional en desacato. Si bien en 2015 juraron que la presidencia de esta instancia sería rotatoria para garantizar la participación de los partidos de la entonces coalición, este nuevo capítulo con visos de Cuarta República ha dejado un mal sabor de boca a los militantes de las toldas opositoras.

Cuando la oposición se hizo con la mayoría de los curules de la Asamblea Nacional (2015), escogieron como presidente al adeco Henry Ramos Allup (tras cuya gestión ha desaparecido del mapa político), a él le siguió el dirigente de Primero Justicia, Julio Borges, (cuyo mayor éxito fue la concreción del boicot internacional hacia Venezuela) y en esta oportunidad le correspondía tomar la batuta a un miembro del partido Un Nuevo Tiempo (UNT).

Este es un partido democrático donde la democracia la decide Manuel Rosales”, ironizó un diputado de UNT según reportó el analista opositor Pedro Pablo Peñaloza. Tal afirmación da cuenta de la escisión interna de la tolda política, cuyos voceros más fuertes (Delsa Solórzano, Timoteo Zambrano y Luis Emilio Rondón) no participaron en la elección del nuevo presidente de la AN. El nombre que Manuel Rosales dio fue el de Omar Barboza y destapó los odios internos.

Fuera de la tolda azul también hubo rechazo: los diputados Luis Aparicio y Omar González, respectivamente de las fracciones Prociudadanos y 16 de julio, salvaron su voto y manifestaron su incomodidad.

Tras el acto, medios internacionales han tildado a Barboza de “gris” y critican su escasa influencia entre los diversos líderes políticos de la oposición; así como su ínfimo liderazgo en las bases.

Hasta el propio Barboza aseguró en su primer discurso que la “reconstrucción de la unidad democrática como alternativa para el cambio» es uno de sus objetivos; dejando claro que la división de la oposición ha sido una de las grandes victorias del chavismo.

Una peculiaridad de este político es que ha apoyado la mesa de diálogo que lleva adelante el Gobierno de Nicolás Maduro con factores de la oposición con el apoyo de la comunidad internacional; razón por la que los más radicales lo han señalado por “convivir con el régimen”. Su posición más bien tibia genera urticaria en aquellos que quieren dar una estocada final en un año marcado por las elecciones presidenciales.

KP

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