La autoridad hongkonesa anunció que retirará el polémico proyecto de ley de extradición que dio origen a las masivas protestas que sacudieron a la región administrativa especial de China. La decisión fue tomada por la autoridad local en manos de Carrie Lam, quien accede de esta manera a una de las solicitudes de los manifestantes que colapsaron la ciudad con violentos disturbios.
En un anuncio televisivo, Lam dijo que este sería el único punto en que el gobierno accede a retroceder, no así en el resto de las demandas de los manifestantes que incluyen una investigación internacional por supuestos abusos policiales en la represión de la violencia callejera y la liberación de los detenidos producto de estas revueltas.
La funcionaria reiteró su disposición al “diálogo directo”, pero al mismo tiempo rechazó el carácter violento de las manifestaciones, que a su juicio “están dañando los cimientos” de esa sociedad. «Debemos encontrar maneras de abordar el descontento en la sociedad y buscar soluciones«, expresó la autoridad.
¿Acabó la rabia?
El anuncio de Lam no garantiza que las protestas en Hong Kong lleguen a su fin. Por el contrario, algunos testimonios recogidos tras la decisión del retiro del proyecto de ley, podrían hacer que los manifestantes tomaran un nuevo aliento por considerarse victoriosos al conquistar una de sus peticiones. «Esto no apaciguará a los manifestantes. En cualquier momento, la gente encontrará algo por lo que enfadarse», dijo Boris Chen, un trabajador de 37 años.
Los manifestantes solicitan al gobierno la eliminación de la palabra “motín” para referirse a las protestas callejeras. Además exigen la libertad de las personas que han sido capturadas en actos de vandalismo y piden que se permita investigar lo que han denunciado como uso excesivo de la fuerza por parte de los militares.
RB
