En Colombia, esta semana, se desarrolló una persecución judicial contra un grupo de personas que logró engañar y estafar a un cartel de narcotraficantes en el departamento de Caquetá, en el sur del país.
La estratagema utilizada por los supuestos estafadores fue hacer pasar maíz por pasta de coca para timar a una red criminal que utilizaría la materia prima para la fabricación y comercio de estupefacientes.
Pero llama la atención en el noticiero de un canal colombiano, como el sistema judicial neogranadino, le da el tratamiento de “banda delincuencial” a quienes lograron “engañar y robar a narcotraficantes”, razón por la que «se le debió desmantelar”.

A medida que avanza la nota informativa, el reportero explica que “la banda” lograba engañar a narcotraficantes de la región, y parece denunciar que los antisociales “eran retenidos, les hurtaban el dinero y las demás pertenencias”.
Narcotraficantes hacen denuncias en Colombia
Cerca de cuatro denuncias interpuso el grupo criminal timado, lo que da cuenta de que el NarcoEstado ampara a quienes incursionan en la producción y comercialización de la droga como a un ciudadano más.
Un efectivo policial de la población de Florencia, en Caquetá, señala: “Fungían como integrantes de un grupo armado residual para engañar a narcotraficantes que, una vez llegados a la zona para la comercialización ilegal, los retenían, les hurtaban el dinero y sus pertenencias”.
Las autoridades de ese país judicializarán a la banda del maíz por los delitos de estafa y hurto, aunque a los narcotraficantes “agraviados” les trata de “victimas de estos delincuentes” y sólo les advierte que “serán sujetos de investigación”.
FF
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