La respuesta para esa pregunta no pareciera tan obvia a simple vista, pero dadas las más recientes declaraciones de Freddy Guevara, del partido extremo derechista Voluntad Popular y líder opositor en las actuales convocatorias que han devenido en protestas no pacíficas de calle y actos terroristas de todo tipo -de las cuales ahora buscan resarcirse realizando actividades como la de este sábado 17 de junio llamada «Marcha de la Fe»- se podría presumir que no en vano le hacen un guiño a la «renovada» postura de la Fiscal General de la República, Luisa Ortega Díaz, con sus últimas acciones, que ahora sí les conviene.
Guevara adelantó: «Unificaremos estrategias entre la Asamblea Nacional, la Fiscalía General de la República y todo aquel alto funcionario que esté dispuesto a defender a la democracia que nos permita restaurar el orden constitucional», refiriéndose a las próximas movilizaciones que se estarán llevando a cabo en los venideros días por parte de la oposición venezolana.
El dirigente derechista también ratificó que su actual lucha se encuadra en el terreno nacional, internacional e institucional: “Ya tenemos partes del Consejo Moral Republicano, que son la Fiscal General y la exsecretaria, María José Marcano”, dijo Guevara.
Fue más allá al afirmar que desde Voluntad Popular propondrán los espacios para alcanzar acuerdos, bien sea con el «chavismo disidente» o con cualquier otro funcionario público de alto rango que como la Fiscal, estén en contra de la Asamblea Nacional Constituyente.
Llama poderosamente la atención cómo se van alineando cada vez ambos discursos y accionares, tanto los de sectores extremistas de la oposición criolla como los de la Fiscal Ortega Díaz con las claras intenciones e intereses injerencistas e imperialistas de los Estados Unidos de Norteamérica (EEUU) por medio de todas sus vocerías oficiales, en especial del Departamento de Estado.
Todo esto puede remitirse y vincularse a estas nuevas modalidades de incidir sobre los destinos de gobiernos legítimamente electos por parte de EE.UU., como el papel jugado por el juez Sergio Moros del municipio de Curitibia, «adiestrado» y especializado bajo el programa gringo llamado Puentes en la lucha «contra la corrupción y el lavado de dinero», que destapó una serie de «irregularidades» conocidas como el caso «Lavatos», terminó con la presidencia de Dilma Rousseff y abrió paso al de facto Michel Temer.
Salvando las distancias entre Moros y Ortega Díaz, ya que esta no ha sido reclutada por el programa Puentes, llama poderosamente la atención como poco a poco se va formando una especie de «puente» entre algunas instituciones del Estado para ponerlas al servicio de actores foráneos.
Para mayor información y profundizar en el tema, VT recomienda el trabajo investigativo realizado por Misión Verdad y publicado en: http://www.laiguana.tv/articulos/60121-luisa-ortega-diaz-eeuu.
LM