Por los años sesenta se convirtió en una forma de protesta despojarse de las ropas para contraponerse a una sociedad conservadora y rígida que había hecho del desnudo un tabú.
Desde entonces, el desnudo como lenguaje de protesta va y viene de momentos. Aparece inscrito como acción simbólica de protesta del Manual de Gene Sharp de la «lucha no violenta» o golpes de mecha lenta como lo describió el Estadista Hugo Chávez.
Tal vez porque nuestras ropas llegaron al Caribe a bordo de la Niña, la Pinta y la Santa María, o tal vez porque los sectores de clase a los que se les ha dado en gana despojarse de trapos los días recientes son precisamente los más conservadores de la sociedad, en el caso de Venezuela, el desnudo no ha tenido el efecto contestatario esperado. Las conversaciones no parecen versar sobre el rechazo al desnudo, sino como un oasis en medio de la violencia. El chavismo lo ha tomado con humor y en la oposición no parece haber una propuesta concreta, ni masiva, a través de la acción.
El desnudo femenino que se ha visto en días recientes en Venezuela pretende plantarse frente a un gobierno que ha ampliado exponencialmente la participación de la mujer en la vida política y social del país.
En las últimas elecciones efectuadas en Venezuela, el chavismo propuso que se implantara como norma electoral la paridad de género en la nominación de las candidaturas a la Asamblea Nacional. La oposición se opuso. Ocurrió entonces una de las cosas más extrañas que se pueden ver en éste país: connotadas militantes de acción democrática y chavistas se unieron a favor de una propuesta.
Revolución Bolivariana y Participación de la mujer
Fue la Constitución Bolivariana la primera en utilizar lenguaje inclusivo con perspectiva de género; la primera que reconoce los derechos sexuales y reproductivos, así como el trabajo de las mujeres en los hogares como generador de riqueza.
Mientras la Revolución Bolivariana estuvo al frente de la Asamblea Nacional, fueron aprobadas leyes dirigidas a proteger e incluir a la mujer: la ley de Igualdad de Oportunidades; la ley para la Protección de las Familias, la Maternidad y la Paternidad; la ley de Promoción y Protección de la Lactancia Materna; la Ley Orgánica de los Consejos Comunales que contempla la creación de comités de familia e igualdad de género. Se aprobó la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, que entró en vigencia el 19 de marzo de 2007, para la protección de la dignidad e integridad física, psicológica, sexual y jurídica de las mujeres. El año pasado fue reformada para incluir el feminicio como delito penal. En contraste, a lo largo de dos años de la oposición como mayoría en el parlamento no se ha aprobado ni una sola Ley que atienda al género o busque reivindicar a la mujer frente a las terribles desigualdades del patriarcado y la sociedad de clases.
“En el marco del sistema capitalista es imposible derrotar la exclusión y el atropello a la mujer, porque el sistema capitalista tiene su base en los antivalores de la exclusión, el machismo, la violencia, la degradación de los valores y particularmente de la mujer”, dijo Chávez, y la Revolución Bolivariana cultiva su legado.
Degradación de la mujer
Desnudarse no implica necesariamente una degradación de la mujer. Tal vez, desnudarse para apoyar sectores políticos que promueven la exclusión del género, la discriminación, la desigualdad social si lo sea. Pero pocas veces se les puede observar tan sonrientes que con la transgresión cometida y eso se agradece.
No ocurre lo mismo con la imagen de una señora mayor que defecó en una barricada, dejando como contribución sus excrementos sobre suelo patrio. La imagen, además de grotesca, resulta ofensiva para un país que incluso en las diferencias puede reencontrarse en el amor a Venezuela.
LC