A lo largo de esta semana, Estados Unidos desembarcó en Alemania alrededor de 250 soldados y las primeras brigadas de vehículos bélicos que forman parte de una estrategia de la OTAN para “reforzar” su flanco oriental en Europa. Esta estrategia calificada como defensiva por parte de la organización militar, pero amenazante para Moscú, contempla el desplazamiento de miles de soldados y cientos de equipos de combate a las fronteras con Rusia.
Este primer lote, que ya se desplazó hasta Polonia, forma parte de la operación «Atlantic Resolve», que contempla la ejecución de maniobras militares durante nueve meses, en Polonia, como en Letonia y Lituania.
El gobierno ruso no ve con buenos ojos desplazamiento de equipos bélicos a territorios que comprometen su seguridad nacional, y así lo ha manifestado en los últimos días.
«Cualquier nación vería con malos ojos el incremento de la presencia militar extranjera cerca de sus fronteras, y es como lo vemos nosotros», declaró el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov.
Agegó que «son acciones que amenazan a nuestros intereses y a nuestra seguridad, además que se trata de un tercero, ni siquiera es un país europeo el que incrementa su presencia militar cerca de nuestras fronteras».
Igualmente, el viceministro para Relaciones Exteriores ruso, Alexéi Meshkov, dijo el jueves en declaraciones a los medios que «el despliegue de las fuerzas estadounidenses en Europa, especialmente uno tan apresurado, en los últimos días de la administración de Obama, es, por supuesto, un factor de desestabilización de la seguridad europea».

Los rusos tienen razón en preocuparse. No es usual que una superpotencia como EEUU despliegue 3.500 soldados, más de 400 vehículos de orugas y más de 900 vehículos de ruedas, incluyendo 87 carros de combate M1A2 Abrams, 18 obuses autopropulsados Paladin, más de 400 vehículos Humvee y 144 blindados de infantería Bradley, en las fronteras de otra potencia como Rusia, y mucho menos durante los últimos días de una gestión presidencial.
No solo la situación preocupa al gobierno ruso, también políticos y medios de comunicación alemanes reflejan la preocupación de este acto provocativo. «La misión es controvertida. La intensificación del armamentismo y el despliegue de tropas de la OTAN fueron condenados en junio por el Ministro de Asuntos Exteriores de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, calificándolos de «gritos de guerra y acto de blandir armas», publicó el diario teutón Merkur.
Así mismo, varios cientos de ciudadanos protestaron contra la OTAN y su operación en el puerto marítimo alemán de Bremerhaven, adonde llegaron las tropas estadounidenses.
Por otro lado, el analista internacional y director del Observatorio de Rusia del Centro Argentino de Estudios Internacionales, Guillermo Galea, entrevistado por Sputnik, indicó que la estrategia «alerta mucho» a los estudiosos de las relaciones internacionales y de la presencia de la OTAN en «una parte tan importante» que oficia de «colchón entre Europa y Rusia».
«El director de la OTAN (Jens) Stoltenberg dijo que era una operación defensiva, pero también tenemos que tener en cuenta que un despliegue de tantas unidades no tiene precedentes desde el fin de la Guerra Fría, más o menos en total son 4.500 (efectivos). Aunque dicen que no tienen un enemigo en común o que no apunta a ningún país en común, claramente la idea es contener a Rusia», enfatizó el experto en temas internacionales.
Galea también desmiente los argumentos esgrimidos por la organización militar sobre el objetivo defensivo de esta operación, al recordar que «se han escuchado algunas declaraciones» de altos mandos militares de Estados Unidos en la OTAN sobre la necesidad de aumentar la presencia en la región tras la reincorporación de Crimea a la Federación Rusa.
Por otra parte, la posición de Alemania «es una pata fundamental», ya que ese país «ha enviado tropas junto con Gran Bretaña» a la región. Sin embargo, los opositores de la administración de la canciller Angela Merkel «están en desacuerdo» con el despliegue militar a pocos meses de las elecciones federales y del final de su mandato, señala el portal web.

«Puede ser la última política exterior antes de irse de Obama pero no creo que se sostenga en el tiempo. Lo que necesita Europa es descomprimir la relación con Rusia y esto aumenta mucho más la tensión», expresó el analista.
«Esto no creo que madure. No creo que lleve a otro escenario de conflicto ni a una escala mayor. Creo que Putin va a ser muy inteligente. Probablemente tome alguna medida para no mostrarse débil, pero no debería tener una escalada militar», concluyó.
No obstante, llama la atención cómo la OTAN, en conjunto con la administración del Premio Nobel de la Paz, están dispuestos a jugar con fuego con una superpotencia militar y nuclear como Rusia, país al que ya han culpado incluso de influenciar en las últimas elecciones presidenciales sin mostrar ninguna prueba sobre ello.
Afortunadamente para el mundo y la paz, quedan pocos días para que Obama deje el poder en manos del siguiente presidente, que pese a todos los escándalos que lo rodean, ha manifestado en diversas ocasiones su voluntad de mejorar las relaciones con país eslavo, alejándose de la posición guerrerista de su predecesor.
JA