InicioDestacada¿Dolarización Argentina ante fuga de divisas o viceversa?

¿Dolarización Argentina ante fuga de divisas o viceversa?

La nación argentina vive momentos de incertidumbre económica por el alza del llamado dólar blue, y las predicciones económicas que vislumbran que seguirá subiendo algunos puntos más. Pero esto es sólo la punta del iceberg, la verdadera razón de este revuelo económico es la dolarización informal y el déficit fiscal que ésta genera en la nación argentina.

Los números son claros y oficiales, y las razones políticas y culturales. Es mayor la cantidad de dólares que sale de las arcas del Banco Central de la República Argentina, que la que ingresa como inversión extranjera; Y por otro lado, el dinero que ingresa es más por las concesiones de un gobierno neoliberal que por la concepción de lo vital que es invertir en tu país.

El volumen de la «fuga» ronda los u$s22.000 millones. Para dar una idea de cuánto significa esa cifra, supera el nivel verificado en 2011, año en el que Cristina Kirchner fue reelecta e impuso el mal llamado «cepo«(trampa).

Lo llamativo -y paradojal- es que ese mismo fenómeno se dio también a lo largo de 2017, durante el gobierno de Mauricio Macri, opuesto a la concepción política y económica del kirchnerismo.

Pero… ¿Por dónde se fugan? 

Se debe enmarcar que en Argentina no existe control cambiario actualmente, pues el «cepo» fue eliminado en 2015. Y así, los pequeños y grandes financistas se llevaron en 2017 un total de u$s16.800 millones para atesoramiento, según MacroViews.

A ese monto hay que añadirle u$s4.800 millones que corresponden a la dolarización de compañías que prefieren tener «verdes» antes que pesos, al menos en una importante porción del monto que mantienen en cartera.

Personas físicas y jurídicas (individuos y empresas) concentran los casi u$s22.000 millones vendidos desde enero a diciembre, cifra que supera las compras de 2011 y que se acercará el récord de 2008.

El turismo no se queda atrás, apenas por detrás de la demanda para atesoramiento, aparecen los gastos de miles de argentinos que hacen turismo en el extranjero: u$s10.700 millones.

Los argentinos que cruzan las fronteras tienen un gasto diario de $395 millones, sin contar pasajes. Se trata de divisas que, cada 24 horas, salen de las reservas del Banco Central de la República Argentina.

Esa cifra supera en un 130% a los $173 millones que gastan diariamente en todos los shoppings de la Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano, según datos aportados por el Instituto Nacional de Estadística Censos de la República Argentina.

El «Equilibrio»

De acuerdo con datos oficiales, el ingreso de divisas por «inversiones de portafolio» fue de u$s11.700 millones. Igualmente, la entrada de billetes verdes por el rubro «Inversiones Extranjeras Directas» (IED) sumó tan sólo u$s2.200 millones en 2017.

Por cada 5,3 dólares «financieros» (especulativos) que arribaron al país, sólo uno entró para la economía real en 2017.

Este desbalance es un indicador de la inconsistencia macro que vive el país sudamericano, incluso para los propios economistas, no escapa el hecho de que el masivo ingreso de «dólares calientes» (en contraposición con un mínimo volumen de inversiones para la economía real) hasta resulta perjudicial para el país.
¿Por qué? Básicamente porque, ante cualquier cambio en las condiciones financieras (internas o externas), así como ingresaron, esos dólares harán fila para salir de la Argentina. Eso se vio reflejado cuando el lanzamiento electoral de Cristina Kirchner incentivó la salida de divisas y el tipo de cambio subió sensiblemente (de $16,5 a $18). Es decir, las razones no poseen muchos fundamentos económicos, sino más bien políticos.

¿La tensa calma es sustentable en el tiempo?

Para los economistas, esa respuesta tiene dos opciones bien claritas: puede persistir hasta que «despierten» las exportaciones argentinas e inversiones de afuera y mientras el acceso al crédito se mantenga estable. Es decir, sin grandes sobresaltos.

La opción número dos luce más caótica: si en algún momento se corta ese ingreso de divisas extranjeras, el tipo de cambio requerirá de una corrección alcista. De ocurrir, el atraso cambiario dejará de ser tal y serán otras las variables que habrá que ajustar más de prisa el precio del dólar según el peso.

El gradualismo de Macri para bajar el déficit sólo será posible de mantener si los mercados financieros del mundo le siguen aportando ese «lubricante verde» que tanto necesita el «modelo M».

DC

 

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