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Reino de España de cara al 28A, una crisis de fondo del parlamentarismo

La atomización del panorama político electoral del Reino de España resultante de la crisis del sistema bipartidista obliga a los españoles a una nueva cita con las urnas el próximo 28 de abril, elecciones que son una demostración del inestable sistema político que desde el año 2015 ha producido sucesivas administraciones conservadoras y socialdemócratas de efímera duración.

Y es que desde 2015 el Reino de España vivió dos elecciones generales, la intentona secesionista de la Cataluña en 2017, la caída del gobierno conservador de Mariano Rajoy y hace pocas semanas la imposibilidad de aprobar los presupuestos en el Parlamento y el consecuente llamado a nuevas elecciones, producto de la muy endeble alianza que llevó al poder al socialdemócrata Pedro Sánchez.

El Reino de España sufre actualmente una inestabilidad política crónica con una Legislatura fragmentada como nunca la padeció desde el establecimiento de la democracia tras la muerte del dictador Francisco Franco en 1975 y la instauración del sistema parlamentario, que dominaron desde entonces con mucho margen el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y el Partido Popular (PP).

Actualmente la emergencia de nuevas fuerzas políticas ubicadas a los extremos del espectro político quebraron la histórica hegemonía del PSOE y del PP y les obliga a competir por un público antes cautivo, lo que produce un debate electoral agrio y confrontacional.

Por un lado la agrupación Ciudadanos desde el campo de la derecha rivaliza con el tradicional Partido Popular por el electorado más conservador, puja a la que se une ahora el partido de extrema derecha Vox, que incluso reivindica el franquismo. En el campo de la izquierda la agrupación Podemos compite con el tradicional PSOE y en menor medida con Izquierda Unida por los votos del electorado progresista.

Por tanto se estima que los comicios del 28 de abril, las terceras elecciones generales que se celebran en España en poco más de tres años, producirán casi con certeza un Parlamento aún más atomizado que el actual.

Los sondeos sitúan al PSOE como primera fuerza parlamentaria, pero sin la mayoría necesaria para formar gobierno sin establecer incómodas alianzas. Se estima que conseguiría entre 115 y 119 de los 350 escaños del Congreso de los Diputados. Por otra parte las encuestas perfilan una posible mayoría conservadora conformada por el PP, Ciudadanos y Vox.

Debido a ello los partidos catalanes, de tendencia independentista, podrían ser decisivos para el PSOE en su intento de formar gobierno nuevamente. Pedro Sánchez expresó recientemente su disposición a buscar una salida constitucional para el secesionismo catalán, pero rechazó negociar el derecho de autodeterminación de esa región, lo que oscurece aún más el panorama de cara a la formación de potenciales alianzas.

Mientras se agudiza el debate electoral en España, la mayoría de los partidos políticos del país, con algunas excepciones en el campo progresista en agrupaciones como Podemos, Izquierda Unida y algunas agrupaciones autonomistas regionales, mantienen una posición próxima en el caso de la crisis política venezolana, con un apoyo cada vez menos solapado al autoproclamado presidente interino venezolano Juan Guaidó, mientras al mismo tiempo dicen favorecer el diálogo en detrimento de una intervención violenta.

YBV

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