InicioCULTURA Y ENTRETENIMIENTO#VTcrianza Límites en cuarentena: relajarse o endurecerse

#VTcrianza Límites en cuarentena: relajarse o endurecerse

Colocar límites en la conducta de los niños, niñas y adolescentes, resulta siempre un reto que pone a prueba nuestra paciencia, nuestras destrezas y sobre todo la capacidad de demarcar lo permitido o no en el núcleo familiar. Si ya es complejo manejar el tema cuando estamos en situaciones normales, una cuarentena extendida como la que vivimos indudablemente puede complicar aún más la tarea.

El manejo apropiado de esta variable en nuestra vida cotidiana, muchas veces supera nuestras capacidades y nos puede colocar literalmente «al borde de un ataque de nervios». Por ello en VTactual acudimos a la licenciada Susana Pérez, psicólogo educativo con más de 30 años de experiencia en el área, para valorar sus apreciaciones sobre un tema tan en boga por estos días.

Subrayar el camino andado

Los límites no se colocan solos, tampoco son aprendidos por generación espontánea. Susana Pérez recomienda comenzar temprano a fijarlos, sirviendo como ejemplo de emulación para facilitar su aprendizaje y promoviendo la interacción entre los miembros de la familia. «Las interacciones se dan utilizando el apoyo, el afecto, las normas de cortesía, haciendo divertidos los deberes de los infantes», advierte la especialista.

Es sano para ellos y para la familia, involucrarlos en los deberes del hogar como acto de responsabilidad.

Aconseja enfrentar sin temor el hecho de fijar lineamientos de conducta de manera clara y firme, ya que a su juicio «el establecimiento de límites es una forma de decirles que nos preocupamos por ellos, es enseñarles cómo funciona el mundo que les rodea y sobre todo que los queremos y respetamos».

Pérez considera «que este aislamiento social, es una oportunidad que se le presenta a la familia para reconstruirse, reencontrarse en estos tiempos».

Relajar límites en cuarentena ¿Cómo? ¿Cuáles?

La cuarentena obliga a que flexibilicemos casi todas las tareas que cotidianamente realizamos, incluso los niveles de exigencia con los más pequeños. Sin embargo Susana Pérez advierte que hay puntos intocables en este proceso de educación. «Establecer limites es indicar a los infantes hasta donde se puede llegar en el comportamiento, consigo mismo, con los demás, con los espacios, con los objetos o con los distintos materiales con los que interactúa… estos no se deben relajar».

Hay que llenar los momentos de ocio de experiencias enriquecedoras.

Uno de los puntos a relajar puede ser el horario de los deberes escolares, ya que los niveles de exigencia no pueden ser los mismos que en situaciones normales. «Es imprescindible brindarles experiencias enriquecedoras en el entendido de que no podemos alterar ni acelerar de manera significativa el curso de su desarrollo, que al presionarlos es posible que se angustien sin ningún sentido», señala.

Recomienda evitar rutinas que promuevan el ocio o se tornen fastidiosas y a cambio volver a actividades que inviten a la interacción. «Volver a las conversaciones y tertulias que documenten por ejemplo, la historia familiar, los cuentos y fábulas que dejan una moraleja o enseñanza o los juegos tradicionales», como valiosas estrategias pedagógicas para el desarrollo integral de los muchachos.

Los juegos tradicionales aportan herramientas que ayudan a formar el carácter.

Tomando el control… empezando por uno mismo

Pérez señala al igual que muchos especialistas: «padres, cuidadores, felices…niños y adolescentes felices». Es por ello que invita a los responsables del cuidado de los niños a tomarse una pausa de vez en cuando y disfrutar de su propia tranquilidad, para así poder ser garante de la armonía y equilibrio que debe representar en el hogar.

Pero muchos sabemos que no siempre se tiene el control de la situación y las cosas se ponen cuesta arriba. Es entonces cuando la especialista recomienda: «Si el niño, niña o adolescente se sale de control, lo primero que usted debe pensar es qué agente estresor detonó este comportamiento. Segundo, observarlo y escucharlo con respeto y por último, preguntarle si necesita o desea que lo abrace (dependiendo la edad del niño o adolescente)».

Por último invita a restarle espacios a situaciones generadoras de estrés para crear el ambiente armónico deseado. «Utilizar los chistes, la música, el baile, la dramatización, e innovar día a día, nos ayuda a evitar el estrés, la frustración y sobre todo la ansiedad».

Randolph Borges/VTactual.com

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