Los servicios de emergencia rusos lograron rescatar a un bebé vivo entre los escombros de un edificio residencial que se derrumbó debido a una explosión de gas en la región de los Urales, en Rusia, que destruyó completamente 35 departamentos del edificio, dañó 10 más, mató a siete personas y dejó desaparecidas a 37.

Al bebé se le halló después de que los rescatistas se vieran obligados a detener temporalmente la búsqueda de docenas de personas desaparecidas en los escombros por temor a que el resto del bloque pudiera caerse.
«Los rescatistas escucharon el llanto. El bebé se salvó al estar en una cuna y abrigado,» escribió el gobernador regional de Chelyabinsk, Boris Dubrovsky, en su canal de Telegram.
El pequeño se salvó de una helada nocturna
El servicio de emergencias indicó que se trata de un varón de 10 meses, llamado Iván, al que los rescatistas sacaron de entre los escombros y los paneles de concreto envuelto en una manta para llevarlo directo a una ambulancia.

El pequeño sobrevivió a temperaturas extremas que en la noche descendieron hasta -27ºC pero se encuentra en una condición extremadamente grave, con congelación significativa en las extremidades, una lesión en la cabeza y múltiples fracturas de pierna por lo que se le evacuó para recibir tratamiento en Moscú, según un comunicado del Ministerio de salud ruso. La madre del niño también sobrevivió a la explosión.
FF