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Agosto: las vacaciones escolares según la nueva normalidad

Venezuela, país seducido por el consumo fácil y superficial, vivió días de “gloria” en medio de una economía fluctuante, apareada con el dólar y en sintonía con las irradiaciones del capitalismo salvaje, hasta bien entrada la década de los años ‘90.

Experimentó picos muy altos (la Venezuela Saudita de los ‘70) y profundos cataclismos (finales de los ‘90), que adiestraron a una población urbanita y aburguesada en el disfrute exigente de bienes y servicios, incluso en medio de la resaca de los mejores tiempos, cuando se impuso a la fuerza el reto del paseo familiar en períodos vacacionales.

vacaciones y nueva normalidad
Urbanitas aburguesados, nos acostumbramos a vacaciones a todo dar

Parranderos y cristianos

Siendo un país felizmente parrandero y convenientemente cristiano, apeló con la facilidad de la doble moral al hedonismo pagano y al recogimiento espiritual, usando fechas como Navidad o Semana Santa para su particular procesión a las playas de la franja costera, pero también a los templos religiosos.

Acostumbramos a emprender excitantes travesías en caravanas por aire, mar y tierra. El plan siempre fue alcanzar ese encuentro refrescante con los efluvios del Mar Caribe, las nevadas de Mérida y la suntuosidad amazónica de la Gran Sabana, cada dos por tres: Carnaval, Semana Santa, puente del 1° de Mayo, fechas patrias y, fundamentalmente, durante la etapa terminal de las vacaciones escolares, cuyo apogeo se vive (vivía) durante el mes de agosto.

La Venezuela de la pandemia por Coronavirus es otra cosa.

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También nos volvimos depredadores en caravana hacia la Gran Sabana

Quédate en casa

Aunque el antipático eslogan “quédate en casa” intente imponer una realidad opresiva a las aspiraciones de un país “mentalmente” de vacaciones, las ansias de libertad características de nuestro espíritu caribe, nos llevan a soñar con paraísos artificiales.

La dura realidad nos detiene justo en la puerta, luego de cuatro meses de riguroso encierro, para advertirnos que la amenaza sigue latente y que por los vientos que soplan, se extenderá mucho más.

La nueva normalidad

No es demasiado pedir, dicen las autoridades sanitarias venezolanas validadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que usted se conforme junto a sus muchachos, con refugiarse en el calor del hogar.

Es lo que indica el sentido común: así evita el riesgo a contagiarse, y de contagiar a los demás.

En el ínterin, debe preocuparse por asuntos más mundanos: aprovechar el agua para lavar y almacenar en pipotes cuando se cumple, milagrosamente, el plan de racionamiento.

Recargar celulares, activar electrodomésticos, aprovechar pequeñas dosis de enfriamiento para los alimentos perecederos y planchar con las cuotas facilitadas por el flujo eléctrico que, lejos de los peores vaticinios, no nos ha tratado tan mal en la región central del país, al contrario que los estados del interior.

La apretada agenda de estas vacaciones atípicas, continúa con la caza de alimentos de primera necesidad, en los establecimientos comerciales que ofrezcan mejores precios y admitan su cédula de identidad, al menos en el estado Miranda, donde se puede comprar de acuerdo al último número del documento de identificación.

Vacaciones por Internet

Las vacaciones escolares, este aborrecible 2020, pasan por aprovechar los breves lapsos de servicio de Internet para completar transferencias bancarias, e ingresar al explosivo universo de las redes sociales que han terminado por convertirse en el único espacio para la socialización.

Solo allí, por ahora —aunque parezca que para siempre— usted conoce amigos nuevos, visita a la familia, comparte rumbas, tiene sexo salvaje, se entera de los chismes y pasea, eventualmente, por paisajes exóticos y locaciones inmejorables, de la mano de algún youtuber o influencer de moda y con la frivolidad de TikTok, la síntesis de Instagram y la urgencia carnal de OnlyFans.

La red TikTok ha sabido capitalizar la cuarentena a su favor.

Zoom es la nueva aspiración para ampliar el horizonte. La emergente Apps de Google Play, cuyos usuarios se han quintuplicado durante lo que va de año, se ha constituido en una especie de púlpito para el debate, las conversas y el conocimiento, tomando en cuenta que los únicos territorios donde usted puede disfrutar de estas vacaciones se denomina, jovialmente, “playa seca” y “punto fijo”.

Whatsapp o Telegram, a través de casi cualquier dispositivo telefónico inteligente, permiten extraer de los paisajes lejanos una chispa de cercanía, siempre que se cuente con la ayuda de amigos o familiares en geografías lejanas que permitan soñar con escapar hacia otros parajes, pero en fechas más auspiciosas.

Más de 12 millones de vacacionistas     

Año tras año, hasta 2019, se movilizaban por el país millones de temporadistas buscando mar y montaña para celebrar el fin de la dura jornada escolar.

Los destinos más comunes eran, por lo general, Morrocoy, la Sierra Nevada, Barlovento, Puerto La Cruz, Canaima, Cumaná, Los Roques, los llanos, las costas del litoral guaireño.

En vuelos nacionales, autobuses, barcos y vehículos particulares, el desplazamiento obligaba al despliegue de aparatosos operativos de seguridad coordinados por el Gobierno bolivariano a través del Ministerio del Poder Popular para las Relaciones Interiores, Justicia y Paz (MPPIJP).

Morrocoy y sus cayos era uno de los destinos más buscados en vacaciones

Durante el asueto de las vacaciones escolares se llegaron a movilizar, según información oficial, más de 600 mil personas para visitar el Parque Nacional Morrocoy en el estado Falcón, siendo el destino turístico más visitado del país, seguido por otras entidades regionales como La Guaira Miranda, Anzoátegui y Aragua, a pesar del bloqueo económico contra Venezuela.

En 2019 se movilizaron más de 12 millones de personas, y se registró una tasa de ocupación hotelera del 80%. Un fenómeno contradictorio ante la crisis económica que atraviesa el país.

Este año, a diferencia de otros países que han minimizado el temor al contagio (caso España y Francia) y han abierto sus espacios públicos para el disfrute de las vacaciones de verano sin temer al efecto rebote de la pandemia, Venezuela mantiene duras limitaciones para el acceso a destinos como balnearios, parques nacionales, playas,entre otros.

Es la única manera, explican los expertos, para soñar con un lejano 2021 que favorezca la movilización segura, para el disfrute de nuestros exuberantes paisajes naturales y la oferta turística que por razones obvias, este año ha quedado clausurada.

Marlon Zambrano/VTactual.com

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