
Desde hace más de una semana lo que empezó como una manifestación por el alza del precio del metro en Santiago, terminó como una verdadera revolución popular en todo Chile.
Marchas, paros, tomas pacíficas de plazas, saqueos y hasta enfrentamientos con la policía militarizada. Demandan un Chile menos desigual, un Chile más justo, un Chile con más oportunidades para los pobres, un cambio total del sistema neoliberal heredado de la dictadura de Augusto Pinochet.
Pero lo recibido por el pueblo, ha sido calificado por muchos como poco más que migajas, medidas que en nada mejoran la calidad de vida y que no están dentro del pliego de demandas populares.
Y estas migajas saldrán, como dijo la primera dama, Cecilia Morel, de la reducción de los privilegios de la clase dominante, que ahora deberá «compartir».
7. Aumento de las pensiones
En medio de la rebelión popular, Piñera anunció la llamada «Agenda Social», que incluía el aumento en la remuneración mensual del sistema de pensiones, privatizado por la dictadura. El aumento es de unos 20.000 pesos (40 dólares aproximadamente).
«El hecho de que suben las pensiones por 20 mil pesos, un equivalente de 40 dolares en Chile eso no es nada, Chile es sumamente caro. Muchos de los anuncios son migajas e inclusos cosas que nadie estaba pidiendo», comentó a VT Actual el periodista chileno y exdirector de teleSUR English, Pablo Vivanco.
Para Vivanco, este sistema privado de pensiones, en las que supuestamente las empresas administradoras invierten, no es más que «un esquema para que unos pocos pueden lucrarse de las necesidades de las mayorías» .
6. Aumento del sueldo mínimo

Para intentar calmar las aguas, Piñera también anunció un aumento del salario mínimo nacional a 350.000 pesos mensuales (483 dólares mensuales), pero sólo para los que cumplan jornada completa. Pero si tienes menos de 18 años o más de 65: «este beneficio se aplicará en forma proporcional».
5. Medicinas y Salud
También pidió al Congreso la discusión de un proyecto de ley para crear un Seguro de Enfermedades Catastróficas, que establecería un techo al gasto de salud de las familias, el excedente, según el Gobierno, sería cubierto por este seguro.
Además dijo que ampliaría los convenios con las farmacias privadas para hacer un poco más económico el costo de las medicinas para el pueblo.
4. Tarifas de los servicios públicos
Piñera decidió derogar el aumento en el servicio de metro de Santiago y también dejar sin efecto el nuevo aumento de las tarifas de electricidad de 9,4%.
3. Reducción de los salarios de congresistas y Administración Pública

“Vamos a tener que disminuir nuestros privilegios y compartir con los demás” . Así se escuchaba a la esposa de Piñera, Cecilia Morel, en un audio que se filtró la semana pasada.
Y el presidente, quien dice que oyó la voz del pueblo, propuso disminuir las «dietas» de los parlamentarios y altos sueldos de la Administración Pública, reducir el número de parlamentarios y limitar la reelección.
2. Levantamiento del estado de sitio y toque de queda

Por primera vez desde que Pinochet dejó de mandar Chile con mano de hierro, el gobierno accionó un estado de emergencia nacional y toque de queda en varias regiones del país.
¿El resultado? Con unos 20.000 militares en las calles, las denuncias de la existencia de centros clandestinos de reclusión (como los de la DINA de la dictadura), torturas, detenciones arbitrarias, allanamiento de morada, violencia sexual y otras de las violaciones a los DDHH, corrieron como pólvora.
A esto se le suman al menos 18 muertos, entre ellos un pequeño de 4 años de edad. Las fuerzas del Estado sólo admitieron su responsabilidad en 5 de estos casos.
Este sábado, tras una multitudinaria marcha en Santiago y otra el domingo en q1Valparaíso, sede del poder Parlamentario, decidió levantar la medida de fuerza.
1.Cambio de gabinete

Esta sería, quizás, la única medida que podría más o menos responder al clamor popular, pero que no cambia el sistema político y económico de Chile.
Este lunes fueron cambiados ocho ministros de áreas estratégicas como Interior y Hacienda para avanzar hacia un «Chile más justo». Sin embargo, varios de los cambios fueron simplemente eso, cambios de una cartera a la otra.
Entre los más significativos está el del ministro del Interior, Andrés Chadwick, reemplazado en una suerte de enrosque por Gonzalo Blumel, que ejercía de ministro de la Secretaría General de la Presidencia.
La salida Chadwick, un excolaboracionista de la dictadura pinochetista y el responsable de toda la ola de represión al pueblo en las calles, era una las exigencias en las marchas.
También fue reemplazado el ministro de Hacienda, Felipe Larraín, muy cuestionado por la política económica de Chile. De esa área ahora se encargará el economista y profesor Ignacio Briones.
También quedó fuera del tablero Andrés Fontaine, ahora exministro de Economía, quien luego de la suba de las tarifas del subterráneo, que afectaba sobre todo a los usuarios de horas pico, pidió a los chilenos madrugar si querían pagar menos por su boleto. En su lugar está ahora Lucas Palacios.
Otras carteras cambiadas son: Secretaría General de la Presidencia, Secretaría General de Gobierno, Trabajo y Previsión Social y Bienes Nacionales.
MMMV