La jornada del 23 de enero de 1958 representa, sin duda alguna, un hito fundamental en el devenir histórico del pueblo venezolano. La acción conjunta de diversos actores sociales, políticos y militares dio origen a un levantamiento popular que trajo consigo el fin de un periodo de terror caracterizado por el hostigamiento, la persecución y la tortura.
En esa madrugada, un avión que se alejaba rápidamente por el cielo caraqueño, llevaba en su interior al último dictador de la Venezuela contemporánea. El general Marcos Pérez Jiménez huía del país y en la calle, el pueblo salía a vitorear el triunfo y la llegada de la tan ansiada democracia.
Se anunciaba entonces la conformación de un nuevo orden político basado en la democracia y fundamentado, principalmente, por el ideal unitario. Un elemento que caracterizó la lucha contra el período perezjimenista y que fue defendida por el pueblo venezolano por ser la instancia que había logrado la conquista de la libertad.
1957: un año clave para la conformación del espíritu unitario
Tras el derrocamiento del presidente Rómulo Gallegos en 1948, el sistema político se fractura y da origen a la aparición de dos escenarios de lucha: el exilio y la clandestinidad. En estos espacios, los partidos políticos del momento que vieron privadas su participación en la vida pública del país, iniciaron un proceso de resistencia activa contra el nuevo orden establecido.
El ideal unitario fue la premisa establecida para dar fin a la dictadura. No obstante, las diferencias partidistas, el sectarismo y la persecución política lograron que Pérez Jiménez se afianzara en el poder en los años siguientes.
Tras este escenario y frente a unas posibles elecciones presidenciales, fue en el año 1957, cuando se activó un camino concreto dentro de la resistencia política que permitió la formulación de un objetivo claro y definitivo. Una serie de acontecimientos que debilitaron al gobierno perezjimenista y fortalecieron a la unidad como factor clave de la lucha nacional.
Un hecho inicial fue la celebración, desde la clandestinidad, del XIII Pleno del Comité Central del Partido Comunista de Venezuela (PCV). En ella, se propuso una nueva táctica de acción, basado en la rectificación y la conformación de un frente amplio que incluyera la presencia de todas las organizaciones que hacían vida en el país.
Iniciativa que se concretaría a mediados del año 1957 cuando finalmente nace una instancia extrapatido llamada Junta Patriótica, que se conformó por la coyuntura política, pero sobre todo, surge por el impulso y esfuerzo del PCV y del partido Unión Republicana Democrática (URD). En ella participaron representantes de los cuatro partidos principales del momento: Acción Democrática (AD), COPEI, URD y PCV.
En su primer manifiesto señalaron los siguiente: “LA JUNTA PATRIÓTICA hace un llamado a todos nuestros compatriotas dentro o fuera del gobierno, para actuar conjuntamente, sin odios ni venganzas, por la paz y prosperidad del país. Ha llegado un momento decisivo para la patria y está en nuestras manos defender el derecho a escoger libremente nuestros gobernantes y asegurar así la alternabilidad del poder. En la calle, en las fábricas, oficinas, en el campo, en los planteles educacionales, en los cuarteles, donde quiera, debemos combatir por el respeto a nuestros sagrados derechos y nuestra soberana voluntad.”
El plebiscito y sus consecuencias
Las pretensiones continuistas de Pérez Jiménez en el poder tras el anuncio, el 4 de noviembre de 1957, de un plebiscito como una fórmula electoral distinta a la establecida en la constitución vigente, aumentó el descontento general de la sociedad venezolana y aceleró las acciones de protestas que se dieron a lo largo y ancho del territorio nacional.
De esta manera el 15 de diciembre de 1957 se realiza la consulta que proclamaba Pérez Jiménez como presidente para un nuevo período constitucional. El descontento no se hizo esperar y el 1 de enero de 1958 un levantamiento militar, liderado por el coronel Hugo Trejo, evidenciaba la fractura dentro del seno militar.
Pérez Jiménez trata de tomar el control y realiza cambios dentro del gabinete de gobierno, asumiendo el Ministerio de Defensa. Una evidencia que no tenia el apoyo de las Fuerzas Armadas. Por su parte, las manifestaciones en la calle se agudizan y se realiza una Huelga General el 21 de enero de 1958 convocada por la Junta Patriótica, que significó la expresión máxima de la resistencia activa del pueblo venezolano en la calle.
Otros alzamientos militares se fueron sumando a las manifestaciones del pueblo dando como resultado el derrocamiento de Pérez Jiménez y la conformación de una Junta de Gobierno que abriría el paso a la conformación de un nuevo orden político.
El espíritu del 23 de enero
El llamado espíritu 23 de enero, muy presente en la opinión pública del año 1958, representó entonces la conquista de la libertad como resultado del establecimiento de la unidad de acción de todos los sectores del país. Los partidos políticos tuvieron un rol importante, pero sobre todo fue el papel de la Junta Patriótica y la organización popular en la calle, lo que dio como resultado el fin de la dictadura.
La unidad fue la bandera enarbolada como punto primario del espíritu del 23 de enero, su preservación suponía la defensa del nuevo orden democrático y evitaría el retroceso político. Sin embargo, los acontecimientos posteriores trajeron consigo la traición del verdadero ideal unitario, pues los intereses partidista, materializado en el Pacto de Punto Fijo, dejaría a un lado la defensa de la unidad nacional como expresión de la voluntad popular para instaurar una unidad de la élite que se presentaría a lo largo del periodo puntofijista.
Simón Andrés Sánchez/VTacual.com
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