De visita en Pekín, el canciller venezolano, Jorge Arreaza, subrayó el papel de Venezuela en la defensa del multilateralismo, tarea en la que coincide con China que, a su parecer, no busca relacionamientos basados en el expolio de los recursos o en el dominio político sobre otras naciones, como sí acostumbra EE.UU.
Durante una ponencia con autoridades, intelectuales y académicos del gigante asiático, entre ellos el vicepresidente del país, Wang Qishan, Arreaza reflexionó sobre cómo Venezuela ha resultado víctima, primero de la invasión española, a finales del siglo XV, y luego de EE.UU., desde el siglo XX y hasta la actualidad, para expropiar sus recursos naturales.
De hecho, recapituló los episodios de violencia radicalizada en las calles durante 2014, 2016 y 2017, con la que la oposición política, apoyada por la Casa Blanca, pretendió derrocar al presidente Nicolás Maduro para afianzar el dominio sobre los hidrocarburos venezolanos.
Washington se planta contra el multilateralismo
También recordó toda la crisis política, económica y social que se ha generado en Venezuela, a través de “un proceso de desestabilización inducida”, financiado por Washington “con eso que llaman las ‘Revoluciones de colores’ que ya hemos visto en Ucrania y varias partes del mundo, incluso en Hong Kong, con el fin de generar un cambio de régimen por vías no constitucionales (…) un patrón repetido y con un gran apoyo mediático de los medios occidentales”. Amén de los bloqueos y las sanciones impuestos por los halcones imperiales.
En contraposición, afirmó que el gigante asiático plantea “una propuesta de paz” con la que no pretende “dominar economías, ni cambiar gobiernos” sino “compartir ganancias y desarrollo en un destino común”. Ello ha permitido hacer inversiones conjuntas para beneficio de ambos pueblos en vivienda, producción petrolera, alimentos, telecomunicaciones, fabricación de medicamentos, minería o educación.
FF/ VTactual.com
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