Un viernes santo de terror se vive en Nueva York, luego de que se dejará ver a la luz pública fosas comunes para enterrar a los fallecidos por el Covid-19 en ese estado. Apilados unos sobre otros las autoridades han decidido cavar las fosas luego de que se le saliera de control los más de 7.000 fallecidos por el virus en esa ciudad.
El lugar elegido fue la Isla de Hart, en el extremo noroeste de la Gran Manzana, las autoridades sanitarias han dicho que en ese lugar, que durante décadas se ha utilizado para dar sepultura a cadáveres sin reclamar, ahora incluirá también a fallecidos por el Coronavirus, estén o no reclamados por sus familiares.
«Es probable que gente que haya muerto de coronavirus sea enterrada en la isla en los próximos días», dijo a los medios la secretaria de prensa de la Alcaldía de Nueva York, Freddi Goldstein, luego de que este jueves 799 personas fallecieran en solo 24 horas.
Los presos de la cárcel de Rikers Island, son los sepultureros de los cientos de cadáveres. El número de días que un cuerpo sin identificar o sin reclamar podrá permanecer en una morgue antes de ser enterrado en la isla de Hart será de 14 días en lugar de uno o dos meses, como se ha hecho por 150 años en ese lugar.
Los desprotegidos
Uno de cada siete de los neoyorquinos adultos mayores se encuentra en la pobreza. Las tasas más altas de indigencia se advierten en las comunidades de negros, latinos, asiáticos e inmigrantes.
La población de más de 85 años, aquellos que necesitan la mayor atención, también ha aumentado un 26 por ciento y ahora se encuentra en 444,005 en todo el estado. Los neoyorquinos latinos nacidos en los Estados Unidos son la mayor población con el índice más alto de pobreza, con un 26%. En segundo lugar están los adultos mayores asiáticos con un índice de pobreza del 22%; los adultos mayores negros muestran una tasa de pobreza del 19 por ciento.
Narkys Blanco/VTactual.com
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