La brutalidad del Estado Islámico (EI, o Daesh en árabe) es ampliamente conocido en el mundo por sus horrendos crímenes en contra de la humanidad, cuya lógica no se restringe solo a los militares que ataca, sino también se aplica contra civiles, incluyendo ancianos, mujeres, niñas y niños.
El pasado 3 de junio, el EI quemó vivas a 12 personas en la localidad de Hawija, en el norte de Irak, de acuerdo al portal IFP News, citado por RT. La policía iraquí detalla que los yihadistas encerraron a los civiles en una jaula, los rociaron con gasolina y les prendieron fuego, sencillamente por intentar escapar de la ciudad.
Entre las víctimas de la masacre destaca una familia de cuatro miembros y un predicador identificado como Abu Qutaiba, quien el pasado viernes durante el rezo semanal hizo mención a la supuesta muerte del líder del grupo terrorista, Abu Bakr al Baghdadi, en un ataque de la aviación rusa.
Las 12 personas fueron capturadas por los yihadistas mientras intentaban huir hacia la ciudad de Kirkuk, controlada por las fuerzas del Gobierno. Como precisan fuentes locales, los yihadistas maniataron a los fugitivos y los quemaron vivos delante de una multitud como muestra del castigo que les espera si intentan escapar de Hawija.
Este crimen recuerda también a los actos de los extremistas de ultraderecha de la oposición venezolana, que han incendiado a varias personas tras acusarlas de parecer chavistas.
El último caso conocido ocurrió en el estado Lara cuando extremistas opositores capturaron a dos jóvenes de 27 y 21 años de edad, por sencillamente vivir en un urbanismo construido por el Gobierno socialista. Otro caso «emblemático» del odio opositor es el de Orlando Figuera quien fue apuñaleado varias veces y luego quemado vivo. El joven de 21 años murió a principios de junio. Su «crimen» fue «parecer» chavista por su color de piel.
Con información de RT
JA
