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Vacuna contra el bloqueo

Se ha comprobado de distintas maneras que sobre Venezuela pesa un bloqueo económico y financiero, impuesto por Estados Unidos para, entre otras cosas, doblegar al Gobierno venezolano y su política de soberanía e integración latinoamericana.

Recientemente, integrantes de la Asamblea Nacional Constituyente denunciaron que el sistema financiero internacional,  regresó al país suramericano $ 39 millones destinados para la compra de alimentos y medicinas, como consecuencia de este bloqueo. La orden imperial fue cumplida.

Una de las consecuencias de la acción colonialista, es el deterioro del acceso por parte de los venezolanos a la salud, a pesar de que había sido uno de los sectores más atendidos, con un programa de salud que contempla, no sólo la formación de médicos en todo el territorio, sino la atención integral que va desde prevención, hasta modernos centros de salud especializados.

El acceso a las medicinas, hasta las más básicas, es una pesadilla. No se encuentran y cuando se consiguen, los precios son impagables. Esto se debe a que la industria farmacéutica mundial, sí, la misma que inventó los gases célebres de Auschwitz, es pieza fundamental para ejecutar la dominación imperial, no sólo en contra de Venezuela.

A finales de diciembre, Colombia, la Israel de América Latina, ha bloqueado la venta de medicinas al Gobierno venezolano; a finales de 2017 por una denuncia formulada por el vicepresidente ejecutivo venezolano,  Tareck El Aissami, se supo lo siguiente:

«ayer venían estos medicamentos y el laboratorio, una vez que supo que el destino final era el Ministerio de Salud de la República Bolivariana de Venezuela, bloqueó arbitrariamente el despacho de esta medicina por órdenes de la presidencia de Colombia», dijo durante una alocución.

Por esta razón, enfermedades ya erradicadas en el país, comienzan a reaparecer. Sarampión, Hepatitis y hasta Difteria, ruedan silenciosamente por las salas de emergencia.

La realidad golpea

Luz Palacios tiene una niña de dos meses. Necesita ponerle la vacuna de la Polio y la Pentavalente. No la consigue en el sistema público, tampoco en los privados y donde se consigue, los médicos la cobran en dólares.

En los consultorios pediátricos, se rumorea que es más fácil cruzar la frontera y vacunarse en Colombia, como está sucediendo en este país con el combustible, los billetes, la comida y hasta las medicinas que cruzan la línea imaginaria, en contrabando desde Venezuela.

En este contexto, el Gobierno nacional lanzó desde el pasado 6 de abril y hasta el 13 de mayo, el Plan Nacional de Vacunación 2018, iniciativa que ya se ha ejecutado en años anteriores y que busca llevar las vacunas a los lugares más recónditos del país, sobre todo, donde no hay dólares para pagar por este derecho.

Según lo informado por el presidente venezolano, Nicolás Maduro, desde el inicio estuvieron dispuestas 11 millones de dosis para atender a 9 millones de personas, con especial atención a niños, niñas y adolescentes, embarazadas en más de cinco mil puntos de atención en todo el país suramericano como plazas, ambulatorios, Centros de Diagnóstico Integral, entre otros.

El plan, está diseñado para atender a todo aquel que necesite el pinchazo preventivo.

A pesar del cerco en todos los ámbitos, la acción decidida del Estado venezolano de proteger a la ciudadanía en materia de vivienda, salud, educación y tantos otros derechos, se ha convertido en ejemplo para los demás países de América Latina y el mundo, donde, si no hay dinero por delante, no hay protección o plan alguno que proteja a los ciudadanos ante la arremetida criminal del neocolonialismo.

JS

 

 

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