Los incendios no dan tregua en Australia. Con más de 10 millones de héctareas de tierra totalmente calcinadas, las llamas siguen su paso, avivadas por fuertes vientos, lo que ha obligado a las autoridades a recomendar a un cuarto de millón de personas que abandonen sus hogares.
Mientras tanto, el Gobierno del primer ministro Scott Morrison, ha desplegado más refuerzo militar en las zonas más afectadas de Nueva Gales del Sur y Victoria, porque consideran que las próximas horas podrían ser «muy, muy difíciles» por las altas temperaturas y las peligrosas condiciones creadas por los vientos imprevisibles, incluso en los lugares dónde está lloviendo.
“Incluso con la lluvia en Melbourne, incluso con las mejores condiciones previstas para la próxima semana, hay un largo camino por recorrer en lo que ha sido un episodio de incendios sin precedentes (…) y, por supuesto, sabemos que tenemos muchas semanas de la temporada de incendios por delante”, dijo Daniel Andrews, el primer ministro del estado de Victoria, en una rueda de prensa televisada.
Aunque se espera que la ventisca no se extienda más allá del sábado, Andrews pidió a los residentes de Victoria que obedezcan a las autoridades: “si se les dice que lo hagan”. Los incendios en Australia ya han causado la muerte de al menos 27 personas y más de mil millones de animales.
Al menos 240.000 personas recibieron mensajes de emergencia en Victoria, en los que les recomiendan que evacuen sus viviendas. Las comunidades de Nueva Gales del Sur y Australia Meridional también fueron alertadas para que abandonen la zona, aunque no se sabe específicamente de cuántas personas se trata.
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Incendios forestales prenden las alarmas en el este australiano
