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Paraguay y Brasil: Represión, violencia y protestas

Protestas contra la posible aprobación de la reelección presidencial en Paraguay, desembocaron en el incendio de parte de las instalaciones parlamentarias, y en la muerte del dirigente opositor Rodrigo Quintana, un joven de 25 años ultimado por la policía paraguaya.

Estos hechos recordaron los acontecimientos de Odessa en 2014, cuando las huestes del gobierno golpista de Ucrania y su ala de ultra derecha, amantes de la doctrina nazi, incendiaron la Casa de los Sindicatos y quemaron vivos a cientos de opositores y partidarios del anterior gobierno de Víktor Yanukóvich, derribado por el golpe de Estado del 22 de febrero de ese mismo año.

Edgar Acosta, diputado liberal paraguayo, fue brutalmente herido en la cara durante las manifestaciones en la capital, Asunción. En las grabaciones de las movilizaciones se ve cómo la policía le propina un disparo con una bala de goma a quemarropa a Acosta.

Después del tiro, el legislador cae al suelo con la cara ensangrentada. Inmediatamente le socorren personas que lo acompañaban. El diputado primero fue enviado al Hospital Militar en Asunción, donde lo ingresaron en la unidad terapia intensiva. Posteriormente lo trasladaron al Sanatorio La Costa.

Entre protestas y contradicciones

Mientras Paraguay se sumerge en la violencia generalizada y un Estado represor muestra su peor cara, en Brasil también la ola de violencia en las calles se incrementa por la serie de protestas contra Michel Temer y su gobierno de facto.

Lo curioso del asunto, es que estos países miembros del Mercosur, se reunieron para aplicar sanciones contra Venezuela.

La decisión de los cancilleres del Mercosur de activar la Cláusula Democrática en Venezuela (Protocolo de Ushuaia) está al «margen de la legalidad e institucionalidad de esta organización y del Derecho Internacional», informó Caracas a través de un comunicado.

«Los cancilleres que se reunieron para discutir la ‘situación de Venezuela’ protagonizaron una dantesca escena. Un canciller de facto, una canciller disminuida por las criminales políticas sociales y económicas de su país, un canciller a escasas horas del asesinato de un disidente político y masiva represión en las calles contra el pueblo, son apenas una muestra de la fantochería de quienes con desparramada hipocresía e inmoralidad condenan a Venezuela», señala el texto.

En tanto, la canciller venezolana, Delcy Rodríguez, consideró la decisión como un nuevo acto de injerencia contra su país, y que a su juicio persiste en «vulnerar», desde la «ilegalidad», la condición de Venezuela como Estado Parte del Mercosur.

BD

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