InicioCULTURA Y ENTRETENIMIENTOGenteJóvenes aplazan la adultez ¿Síndrome de Peter Pan o eterna juventud?

Jóvenes aplazan la adultez ¿Síndrome de Peter Pan o eterna juventud?

Hoy por hoy los jóvenes están posponiendo las acciones que sellan el ingreso a la edad adulta, entre ellas el matrimonio o la obtención de un trabajo estable. Y esta condición tiene sus razones evolutivas, afirman los científicos.

Expertos analizaron las encuestas de 8,4 millones de muchachos estadounidenses entre 13 y 19 años llevadas a cabo entre los años 1976 – 2016. Dicho análisis a gran escala demostró que el número de estudiantes de secundaria que han probado alcohol, tenido alguna cita romántica o desempeñado algún trabajo disminuyó significativamente en los últimos 40 años, y el cambio más radical se observó en la última década.

Cerca de la mitad de los chicos todavía se comportan según el viejo patrón, pero el número de los que retrasan el paso a la edad adulta está en aumento.

Entre 1976 y 1979, por ejemplo, el 86% de los estudiantes de secundaria habían tenido alguna cita romántica, una cifra que en el período de 2010 a 2015 era del 63%. Durante los mismos márgenes temporales, el porcentaje de mancebos que alguna vez habían realizado algún trabajado remunerado cayó del 76% al 55%, mientras que el número de aquellos que había probado el alcohol disminuyó del 93% al 67%.

Esta disminución ocurrió independientemente de los factores raciales, geográficos y socioeconómicos, lo que podría indicar una tendencia mundial.

Jean Twenge, autora principal del estudio, afirma:

«La gente dice ‘eso es porque los adolescentes son más responsables o más perezosos o más aburridos’, pero están pasando por alto una tendencia más general». Según ella, los jóvenes están menos interesados en las actividades asociadas con la edad adulta, como tener citas, conducir o encontrar trabajos, porque en la sociedad moderna no tienen necesidad de hacerlo. Según una teoría evolutiva, la «estrategia de vida» de una persona se desacelera o se acelera dependiendo de su entorno, de tal manera que, mientras que la exposición a un entorno «duro e impredecible» fomenta un desarrollo más rápido, un entorno seguro y rico en recursos tiene el efecto opuesto.

Hace un siglo, cuando la esperanza de vida era más baja y menos personas tenían estudios universitarios, el objetivo era sobrevivir y no, por ejemplo, aprender a tocar el violín. Si viviéramos en aquella época, empezaríamos a tener hijos más jóvenes y tendríamos muchos hijos, que a su vez también empezarían a procrear a una edad más temprana, ya que «habría más enfermedades y menos recursos».

Según el estudio, el aplazamiento de la entrada a la vida adulta no puede atribuirse a un aumento de los deberes y las actividades extraescolares, puesto que los adolescentes de hoy en día dedican menos horas a estas tareas que los jóvenes de los años 90. Tampoco se puede culpar a Internet o a los teléfonos inteligentes, ya que el declive comenzó antes de que estuvieran ampliamente disponibles.

Aunque el estudio no analizó a los niños menores de 13 años, Twenge dice que sospecha que el desarrollo de este ‘modelo lento’ tiene sus raíces en la primera etapa de la infancia. En las últimas décadas los padres se han vuelto más restrictivos respecto a las actividades independientes de sus hijos menores. La tendencia incluso está codificada en las leyes de algunos estados de EE.UU., que, por ejemplo, prohíben a los niños salir en público o quedarse en casa sin la compañía de un adulto.

Con información de RT.

CC

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