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#VTactualEntrevista «¿Quién me protege?» pregunta la sexodiversidad

La construcción de una sociedad sin tabúes, en la que se fortalezca la cultura de la inclusión, que erradique cualquier expresión de discriminación en los espacios públicos, pero también en el contexto de lo privado, donde integración e igualdad no sean conceptos aislados e improbables, forman parte del itinerario que sigue la lucha por los derechos de la comunidad LGBTQIA+ (lesbiana, gay, bisexual, transgénero, transexual, travesti, intersexual, queer…).

Al ser un mes consagrado al orgullo por las luchas de esa colectividad, por rememorar los disturbios del 28 de junio de 1969 en Stonewall (Nueva York, Estados Unidos) que visibilizaron las demandas de los derechos de la sexodiversidad, la organización Rompiendo La Norma viralizó la campaña “¿Quién me protege?”,  las raíces de la lucha por una sociedad justa e igualitaria, para desvelar, a través de imágenes y relatos, la cotidianidad de las sexualidades y los géneros diversos y disidentes, sus historias y padecimientos.

La campaña «¿Quién me protege?» visibiliza amargas historias cotidianas

Maikely Ferrer, defensora de los derechos humanos de la comunidad LGBTQIA+ y colaboradora de esa organización, responde para VTactual las incidencias de la campaña y los avances alcanzados en el país desde lo institucional y lo social, a partir de las luchas organizadas por el movimiento de la sexodiversidad en demanda de un sinnúmero de reivindicaciones que se mantienen en el tapete.

 ¿De qué o de quiénes se deben proteger?

— La campaña “¿Quién me protege?” es un llamado a la sociedad, la familia y el Estado de que la comunidad LGBTQIA+ es vulnerable y padece de incontables situaciones que atentan contra la dignidad e integridad física, emocional y psicológica de las personas de sexualidades y géneros disidentes y diversas. ¿De qué? De la cultural misógina, machista y homolesbotransfóbica.

¿De quiénes? —continúa—  de los que atentan contra la dignidad humana, de los que son capaces de violentar y discriminar solo porque no me comporto ni siento según las normas culturalmente aceptadas; a propósito, la heternormatividad (relativo a la heterosexualidad) es lo impuesto cultural y socialmente, y qué cosas, la sexualidad por naturaleza es diversa.

¿Llevan registros de violencia contra miembros de esta comunidad en el país?

En mi caso particular, desde hace unos años oriento y asisto casos de violencia y discriminación basada en género. En cuanto al registro, manejo un diario de casos, de forma personal, en el cual trato de sistematizar las situaciones que presentan cotidianamente las personas que acuden por vía telefónica, presencial, redes sociales, en busca de orientación, dado que plantear los casos, en muchas ocasiones, para las personas implica dar un paso importante pues se determinan a no seguir padeciendo las agresiones y demás situaciones perjudiciales para el desarrollo integral de la vida.

Se trata de poner el acento en los recurrentes atropellos hacia la comunidad LGBTQIA+

Sin embargo, en este punto es necesario contar con apoyo de los sectores público y privado, dado que el proceso de recolección de datos y sistematización de información requiere de herramientas y personal especializado, que se ha venido formando pero que necesita una plataforma que genere insumos para la construcción de políticas y caracterización de la situación de la comunidad LGBTQIA+ en Venezuela.

 ¿Qué tipo de violencia registran, a quiénes afectan más?

— Entre los que puedo mencionar: discriminación por razones de género en el ámbito laboral, familiar, comunitario; para ser más específica, violencia intragénero, violencia patrimonial, discriminación que genera efectos en desempleo de la persona LGBTQIA+, casos de discriminación que terminan en exclusión de su ámbito familiar y comunitario, entre otros, esto solo por mencionar algunos. En lo referente a caracterización de las víctimas en su mayoría son jóvenes, entre homosexuales, lesbianas y transgéneros femeninas en su gran proporción.

¿Dónde se denuncian estos casos?

—Es bastante complejo, en virtud de que con la denuncia se inicia un proceso de investigación para el establecimiento de responsabilidad penal por un hecho que se tipifica como delito, pero en materia de discriminación y violencia por razones de género, nuestra legislación aún no tipifica expresamente los delitos y faltas contra la comunidad LGBTQIA+.

Una explicación sencilla, en favor de la tolerancia

En este orden, dependiendo del caso se han podido atender algunas situaciones con aliadas y aliados institucionales que apuestan y comprenden que la diversidad también requiere de protección de sus derechos. Es de destacar que dichos aliados pueden tener permanencia o no en sus responsabilidades. Sobre este punto la principal acción debe estar enmarcada en la formación permanente con enfoque interseccional de quienes asumen responsabilidades de alto nivel, nivel sustantivo y operativo.

Licenciada en Ciencias Políticas y Administrativas y abogada de la Universidad Central de Venezuela (UCV), formula un recuento histórico de la situación para contextualizar sus luchas:

— En décadas anteriores, hablando desde la modernidad y la postmodernidad, en la que las personas de sexualidades y géneros diversos y disidentes han estado confinados a ciertos espacios, sin el uso, goce y disfrute pleno de sus derechos humanos, expresados en un sentido amplio, en virtud de la existencia en pleno siglo XXI de prejuicios y estigmas culturalmente impuestos basados en lo que se considera «socialmente aceptado», algunos como la misoginia, el machismo, la homofobia son claras expresiones de carácter sexista, que producen y reproducen desigualdad y discriminación.

En este punto tiene mucho que ver el control que sobre el cuerpo y la sexualidad impone el patriarcado, como sistema de dominación, concepto utilizado por las corrientes feministas. Bajo estas premisas han operado los controles sociales-culturales en el mundo, algunas sociedades avanzan en ciertos aspectos y otras como la venezolana aún están con grandes desafíos.

Es especialista en Políticas Públicas para la igualdad, además de militante feminista y colaboradora de diversas organizaciones defensoras de derechos humanos, además del Movimiento Social Rompiendo La Norma, nacido en 2015 frente a la necesidad de formar y luchar por los derechos de la comunidad sexodiversa a través de los diferentes espacios mediático y artísticos.

 ¿Qué se ha alcanzado y qué falta por hacer en el contexto venezolano y en el marco de los derechos de la sexodiversidad?

—La respuesta es obvia, la arquitectura jurídica de nuestro país es de las más avanzadas en algunas áreas, es innegable, pero son supuestos jurídicos heteronormados que universaliza los sujetos de aplicación en función del sexo, sin tomar en consideración diversos enfoques, en función de la clase, etnia, género, entre otros.

Actualmente se percibe en espacios públicos, entiéndase plazas, calles, barrios, mayor visibilidad de personas, sexualidades y los géneros diversos y disidentes, sin embargo, esa visibilidad tiene un costo alto que es la exposición a la discriminación, bullying, violencia hacia la comunidad por parte de familiares, comunidad, institucionalidad, en fin, cada día son más, sobre todo jóvenes quiénes luchan por vivir una vida libre de discriminación y violencia.

La burla, el desprecio y la exclusión están naturalizados

Enumera los grandes desafíos de la población LGBTQIA+ en Venezuela:

—Avanzar hacia la construcción y ajuste de políticas públicas para la igualdad que logren atender las demandas reales de la comunidad LGBTQIA+ como por ejemplo, materializar un marco de protección ante situaciones de discriminación, violencia y crímenes de odio, especialmente dirigido a población adolescente, joven y en edad productiva, sin ser excluyente; generar programas de orientación y atención en áreas de seguridad social, acceso al empleo digno y decente; despatriarcalizar los sistemas de salud, educación y seguridad como sectores esenciales en el desarrollo integral de la vida y que no sean espacios de reproducción de violencia patriarcal para la comunidad LGBTQIA+, entre otras.

La Revolución Bolivariana, con Chávez primero y Maduro después, ha apostado por la inclusión de la sexodiversidad

 ¿El Estado venezolano cómo ha respondido a sus demandas?

—Aquí hay que ser precisos en saber diferenciar los conceptos de Estado y gobierno, el Estado es un concepto político que atiende a una forma de organización social y el gobierno hace referencia a las autoridades que dirigen y controlan las estructuras, en este sentido, el Estado con mayúscula, garantiza los derechos humanos consagrados en las constituciones por lo que hay que generar procesos de transformación estructurales que vayan acorde con la satisfacción de las demandas de la población, entendiendo que no existe tal diversidad.

 Y la sociedad venezolana: ¿ha avanzado en el respeto y la inclusión?

— La sociedad es corresponsable en garantizar el disfrute pleno de los derechos humanos de las personas y comunidades. En respuesta a la inquietud, mi criterio es que la sociedad confunde los conceptos de respeto, tolerancia e inclusión, al respecto cabe preguntarse ¿cuál es la génesis del respeto? la empatía, ponerse en el lugar del otro; la tolerancia es que puede soportar y aceptar sin entender el porqué de las cosas, y la inclusión es la tendencia a integrar para participar, contribuir y beneficiarse de la sociedad. Luego de estas precisiones puedo concluir que a parte de la sociedad venezolana aún le cuesta ser empática con la comunidad LGBTQIA+ pues una parte está temerosa, angustiada porque se avance en áreas privilegiadas para los heterosexuales, sin querer afrontar y abordar aspectos como la constitución y funcionamiento de familias diversas, en las que una categoría son las homoparentales, por colocar un solo ejemplo.

Marlon Zambrano/VTactual.com

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